martes, 27 de diciembre de 2016

Historias de Arrancao: ¡Feliz Navidad!

Bueno, bueno, bueno. ¿Qué tal van las navidades? A mí no me van nada mal. A pesar de ser una persona generalmente misántropa, disfruto de la compañía de mis seres queridos (y de mi familia), de la entrega de merecidos regalos y de copiosas comidas que hacen que desees tener un jarabe de ipecacuana a mano. Pero todo muy rico, eso sí.
Pues ésta va a ser la última entrada del año, qué penita. Éste ha sido un año normal, sin sobresaltos ni alegrías extremas, para evitar vaivenes innecesarios. Yo no soy alguien al que le guste escribir en redes sociales o por aquí sobre las mierdas que le han pasado durante el año, lo agradecido que está a todo el puñetero mundo por ayudarle a aprender cosas de la vida ni lo necesario que es en estas fiestas ser solidario, compasivo y demás polladas. A nadie le importa lo que te pasa, agradece a los que te hayan apoyado en su cara y sé solidario todo el año (o no lo seas), pero no utilices la hermosa y fantástica Navidad como una excusa para ser buena gente.
No se me ocurría mejor manera de despedir el año que presentar otra aventurilla de Arrancao. Si tenéis menos de 10 años o sois propensos a creer mentiras, NO SIGÁIS LEYENDO: ALERTA SPOILERS.


¡Qué peligro tiene el sinvergüenza! Por supuesto, esos niños lo contaron a niños de otros colegios, a sus hermanos, a sus primos y a todo quisqui, por lo que Arrancao consiguió destruir la inocencia y la ilusión de miles de personas. ¡Como tiene que ser!
Y después de las risas, el llanto, aunque tampoco se va a notar mi ausencia por aquí. Que paséis bien el resto de las fiestas y (como no puedo resistir decirlo) ¡hasta el año que viene!

lunes, 19 de diciembre de 2016

Puericultura avanzada: el Eucalipto del Tétanos

¡Buenaaas! ¿Cómo va la vida? Ayer tuve una guardia buenecita, así que esta mañana me he cargado de espíritu navideño y he salido a hacer gastos mil para que mis seres queridos disfruten de sus merecidos regalos por aguantar mi existencia. Además, mi padre me ha invitado a comer churros. Por cierto, los de Badajoz son los mejores del mundo y no hay ningún tipo de discusión que valga, lo siento.
Pues después de contaros mi apasionante vida, hoy traigo una cosita de la que guardo muy buenos recuerdos. El Eucalipto del Tétanos. No parece que el título de la entrada premonice una fantástica e higiénica aventura, pero se trata de una historia llena de bellos momentos y lecciones de vida que te hacen ver lo bonita que es la amistad y la futilidad de la infancia. Postdata: NO.
También va a servir esta entrada como elegía al mejor árbol que ha existido, puesto que mi querido eucalipto del tétanos fue asesinado. Pero bueno, antes de contaros su breve historia, un fidedigno retrato del vegetal.


Yo soy el del palo. Teníamos que tener palos por si otras bandas rivales querían quitarnos el sitio. Es mentira.
Antiguamente, al lado de mi casa había un descampado. Pero no un descampado normalito, no. Un descampado de varias hectáreas abarrotado de maleza (en su mayoría, cardos borriqueros), entre la cual podían encontrarse diversos tesoros: latas, cristales, escombros, basuras de todos los colores, ladrillos y, por supuesto, tablas de madera con multitud  de clavos oxidados que invitaban a ser pisados por niños inocentes. Y de ahí el bautizar al único árbol que había en el descampado como el Eucalipto del Tétanos, por la horrible infección que guardaba a sus pies.
Los niños del barrio pasábamos horas entre esos peligros cortantes e infectantes para acompañar a nuestro querido árbol. Le hacíamos compañía mientras él nos proporcionaba sombra, asiento (gracias al tocón que dejó su hermano gemelo decapitado) y cosquillas, por los insectos que en él habitaban.
Eran buenos tiempos. Pero, un día, se decidió construir un parque, y no había lugar para el Eucalipto en él. Fue talado y, donde él vivió, ahora reposan unos columpios atestados de niños que no sabrán nunca lo que es jugar con un verdadero árbol. Es verdad que el parque es bonito y da muchísima mejor imagen que un solar lleno de enfermedades, pero el Eucalipto era más que un árbol. Era un amigo.
Vale, y después de llorar, a seguir pensando en las cosas de la vida. Sobrevivid a vuestras familias estos días. ¡Muaks!

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Jacob, el loro que se hizo persona: cómo ser un imbécil

Voy a comenzar parafraseando a uno de los personajes más influyentes del siglo XX y, en menor medida, del siglo XXI, Krusty el Payaso: "alguien dijo una vez que la clave del éxito es la puntualidad. Siento llegar 4 horas tarde". Creo que se entiende la metáfora, aunque podría haber tardado muchísimo más en hacer acto de aparición.
Vale. Lo que hoy nos toca aguantar es uno de los divertidos acontecimientos protagonizados por nuestro psitácido humanoide favorito: el hijoputa de Jacob. Ya existe una entrada en la que expliqué cómo ser un subnormal, refiriéndome al comportamiento insoportable del colega, pero esta vez voy a hacer alusión a los que rodean a Jacob, que no es él sólo el que es un gilipollas.
Pues sí, voy a hacer hirientes comentarios sobre esas personas que, a pesar de recibir las pertinentes indicaciones para no ser agredidos (o, incluso, mutilados), optan por esto, ser imbéciles, y exponerse a las vejaciones y abusos físicos proporcionados por el puto pájaro.


¿Por qué? ¿Por qué cojones lo tocas si te he dicho que no lo hagas? ¿Eres un rebelde? ¿Rechazas las normas? ¿O es que solamente tienes un cociente intelectual límite? Pero, sin duda, lo que más me puede llegar a molestar es esa queja, dirigida a mi persona, como pidiendo explicaciones. Te muestras contrariado y sorprendido, aunque era algo que ya sabías. ¡Pero qué tonto que eres, coño! ¡Te cojo y te reviento! ¡Y la herida te la llevas pa tu casa, de regalito, para que se la enseñes a tu familia y le digas lo idiota que eres! Ay madre, para una vez que el pobre Jacob se intenta comportar como Dios manda.
Es posible que me haya pasado un poco, pero la vida es dura. Y además, que nadie va a perder el tiempo en sentirse ofendido que esto es de broma y no pasa ná.
En fin, Serafín, que parece que a la gente le gusta de sufrín. ¡Hasta la próxima, beibis!

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Puericultura avanzada: material escolar

Una de las cosas que un niño puede odiar más a lo largo de su infancia es la puta vuelta al puto cole. Estabas tan tranquilo, a 40 grados a la sombra a finales de agosto y, de repente, un anuncio. EL ANUNCIO. El peor anuncio con diferencia que puedes haber visto en tu vida (y eso que el listón cada vez está más alto). Sí, el maldito anuncio era el de la vuelta al cole. No voy a decir que era el anuncio de El Corte Inglés porque no deben decirse marcas comerciales.
Veías esos otros niños en la tele, mentirosos y zafios, haciéndonos creer que volvías al maravilloso sitio del que habías logrado escapar meses atrás. Y te venía la ansiedad: otra vez ir a ver las listas de los nuevos libros (que tendrías que devolver por cambios de edición o que no ibas a usar porque al profesor no le gustaban), otra vez ir con tus padres a comprar de nuevo todo el material escolar porque eras un burro y estaba todo lo del año pasado roído o perdido, otra vez ir a comprar chambergos y chándales de colores yonkis horribles porque habías crecido. Y después de la ansiedad, tristeza, llanto y silencio.
En realidad no era para tanto y, al cabo de unos días, estabas tan pizpireto como siempre, en compañía de tus amigos que eran tan tontos como tú.
Sin embargo, lo de ir a comprar el material sí que era una mierda. Cada asignatura requería su propia libreta, los lápices tenían que ser 2HB o morías, el lápiz bicolor (porque no era suficiente tener un lápiz rojo y otro azul, tenían que estar los dos juntos), afilalápices que no afilaban, gomas que eran cruelmente ensartadas por el compás, estuches a los que se les rompía la cremallera (con fatales consecuencias: http://sanmartindebromista.blogspot.com.es/2016/09/puericultura-avanzada-imaginacion-al.html) y multitud de otras cosas que al final no usabas, al menos como tenían que ser usados.
Y ahí entra la imaginación. Robots hechos con lápices y gomas elásticas, reglas-espada, catapultas, canutos, tirachinas, ballestas y todo tipo de armas (¿para qué hacer algo constructivo?). Pero de todas mis creaciones, a las que tengo más aprecio son las siguientes.




Sep. Afeitarse con un cartabón y usar el transportador de ángulos como un puño americano. Buenos momentos, sí señor, indicadores de inteligencia superior. Al menos les di uso.
Bueno, con esto y  un bizcocho, no sé cuando volveré por aquí. Espero que no tarde mucho, que algunas de las cosas que tengo pendientes tienen mucha miga. ¡Hasta la vista!

¡El literalismo va a llegar!

En efecto, ha pasado un mes y pico durante el cual he abandonado negligentemente este oasis de sabiduría en Internet. Es posible que mis excusas no sean tan graves como para no haber dedicado un puñetero minuto a hacer algo para el blog, pero las voy a enumerar, por orden creciente de importancia: lío en el curro (no es para tanto, pero lo pongo igualmente), preparar sesiones clínicas para el curro (en realidad, sólo una), hacer putas guardias de mierda (lo de siempre) y jugar al nuevo juego de Pokémon (me he pillado el Pokémon Sol, por si a alguien le interesa). Pues sí, éstas son las cosas que han ocupado la totalidad de mi tiempo en vigilia.
Vale. Después de las viles mentiras que acabo de escribir, vamos con el meollo del asunto. Literalismo, la corriente que sigo a la hora de hacer mis dibujos, basada en la interpretación literal de todo lo que llega a mis sentidos (oído y vista principalmente; no puede hacerse una interpretación literal del tacto o del gusto, a no ser que padezcas sinestesia).
Pues venga, la frasecita que hoy nos atañe es: BIEN SE ESTÁ EL PIE EN LA PIERNA. Que lo disfrutéis.


Un pie bastante pejiguero. Hay que verle el lado bueno a las cosas: no tiene un calcetín que le impida ver el mundo que le rodea y es más improbable que se pille unos buenos hongos, pero este pie ha sido siempre muy pesimista y le ha estando dando caldeos constantes a su portador.
Está claro (o no) que la frase hace alusión a que las cosas están bien cuando están en su sitio, cuando realizan la función que les corresponde o cuando no tocan los cojones. Ejemplos de pies localizados en la parte más distal de sus respectivas piernas serían los pajaritos trinando, el Sol calentando nuestro planeta, un barrendero que mantiene limpia su ciudad o Pablo Motos haciendo el anormal. Cada uno con su función en la vida.
Como es costumbre, subiré otra entradita después de ésta, por el subidón de responsabilidad que me acaba de dar. Besis.

jueves, 27 de octubre de 2016

Epístola bien cargadita de rabia

Me voy a tomar una licencia y voy a explayarme sobre un tema que siempre me ha enervado y que llegó a su punto álgido el pasado viernes. He esperado un poco por no hacerlo en caliente. No va a haber dibujitos y no creo que haya mucha dosis humorística (aunque no se sabe, siendo lo gracioso que soy). El tema es "ir al cine", algo que a priori no parece algo malo, pero os contaré mi historia enviando una carta a los que se den por aludidos. Intentaré no usar muchas palabrotas.

Queridos hijos de puta (ups, se me escapó) :
Estimados "lo que sea":

El pasado viernes, tonto de mí, pretendí pasar un buen rato con mi novia en el cine. No diré a qué cine fui, puesto que podría ser cualquiera y tampoco quiero que se me linche si esto llega a algún puerto. A lo que iba, plan de viernes: ir al cine. Fuimos a ver "Un monstruo viene a verme", una película maravillosa, pero que por culpa de vosotros, individuos maleducados, no pude disfrutar. Llegasteis con vuestras bolsas de mierdas con sobredosis de grasa y sal, vuestras miles de latas de azúcar en estado líquido, vuestros móviles con luces a todo trapo y vuestra mala educación. Puedo entender que se coma en el cine, no es algo que yo haga, pero lo entiendo. Sin embargo, lo que no entiendo es que en una puñetera sala de cine llena hasta los topes de gente que se supone que ha ido a ver una película, no se vea la susodicha película. Los primeros quince minutos, los que te ponen en situación, fueron solapándose con sonidos de bolsas y latas abrirse, voces de gente que parecía hacerle gracia el cáncer, voces de gente que llegaba tarde, voces de gente que hablaba por el móvil, voces de niños cuyos padres mandan al cine para incordiar a otras personas a ver películas no recomendadas para su edad y un puñetero y largo etcétera. ¿Por qué demonios vais al cine? Podéis hacer lo mismo en un parque o en un vertedero sin tener que pagar entrada. ¿Por qué cojones vais al cine a molestar?. El resto de la película fue más o menos igual que al inicio, algunos os calmasteis, otros seguisteis siendo unos sinvergüenzas que no cesabais en vuestro empeño de molestar a pesar de los avisos que os hacíamos. Ya al final volvisteis con las risas y a hablar entre vosotros, porque estabais más aburridos que una mona. Normal, no teniendo bien desarrollado el cerebro. Nadie os obliga a gastaros el dinero de la entrada y la inversión en diabetes. Si no os gusta el cine, o incluso si lo odiáis, quedaos en casa. No convirtáis las salas de cine en lo que no son. Respeto, por favor.

Atentamente,
un cinéfilo amateur.


Bueno, se terminó. Gracias a Dios, normalmente no se dan situaciones así. La gente quiere disfrutar, ya que ha pagado una maldita millonada por sentarse en una butaca incómoda y tener pegados los zapatos al suelo pegajoso. Pero lo del otro día fue pasarse tres pueblos. Es sólo una opinión de un mero espectador con tintes obsesivos-narcisistas. No hace falta tomárselo a la tremenda.
¡Hasta más ver! Y si vais al cine, no seáis hijos de puta. Os lo agradecerán.

Última mención a los calvos (de momento)

Venga, otros 15 días sin publicar y otras dos entraditas.
Los calvos me han ayudado últimamente a publicar alguna cosilla, altruistamente, todo hay que decirlo. La entrada que protagonizan hoy no es sobre la muerte, gracias al señor (ya estaba dando un poco de mal rollo). Lo que hoy traigo es una interpretación literal, de esas que me gustan a mí.


Odalberto es un maleante de poca monta, cuyas únicas actividades son delinquir (o "delincuir", según quieras decirlo bien o decirlo como Chaves) y cuidar su tupé de rebelde totalmente estereotipado. Es una lástima que haya topado con el agente Filadelfo, un policía corriente y moliente, pero que cuenta con un misterioso poder: todo lo que dice se cumple, independientemente de lo gilipollesco o irreal que pueda llegar a ser. Vaya frasecita ha ido a escoger. Menos mal que Filadelfo sólo usa su poder para hacer el bien (y ganar alguna que otra vez la lotería). Tanto echaba de menos Odalberto a su tupé, que Filadelfo se apiadó de él y le dijo que recuperaría su añorada melena (mentira; Odalberto se quedó con cielos despejados forever and ever).
Por ahora no saldrán más historias de calvos por aquí (básicamente porque no tengo más cosas relacionadas con ellos; en cuanto tenga alguna, la meto con calzador). Y en breve, la segunda patochada.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Historias de Arrancao: el precipicio

¡Feliz Día de la Hispanidad para unos y triste Día del Inicio de la Masacre Americana para otros! Yo no soy una persona de decantarse por una cosa o la contraria, así que me mantendré al margen, como siempre, pero hay que ver los pifostios que se montan por este tema. Menos mal que sólo es una vez al año.
Hace tiempo que no sale por aquí mi cabrón favorito (cabrón ficticio, porque hay otros cabrones en el mundo real, aunque no tan hilarantes). Arrancao está últimamente bajo de moral por la inestabilidad política en España y la amenaza de unas terceras elecciones. Es mentira. Lo que sí está haciendo Arrancao es plantearse fundar un partido y presentarse a presidente, con la intención de ganar y dar una lección a todos los demás payasos del circo. Esperemos no llegar a esa situación, porque yo le daría mi voto sin pensarlo. Si llega a presentarse, sus tejemanejes y malvados planes saldrán por este blog.
La aventura de hoy no tiene una trama enrevesada ni opta a ganar ningún premio Pulitzer, pero pone de manifiesto la esencia de nuestro amiguito.


¡Qué gustito da cuando las cosas salen como tienen que salir! El altruista cayó sobre una colchoneta, aunque rellena de guijarros, así que quedó bastante indispuesto. A ver si la próxima vez se lo piensa más detenidamente antes de ayudar a personas enterradas vivas sin motivo aparente.
¡Ayió!

martes, 4 de octubre de 2016

Quintana Remix

Para quien no se haya molestado en aprender que mi señora es de Quintana de la Serena, pos eso, es de Quintana de la Serena. Hace tiempo que no voy, me estarán echando de menos los aldeanos.
En la viñetita quintaneja de hoy, he construido una preciosa historia sobre la higiene de la zona anal combinando varias frases que mi novia me ha traído de la región que la vio crecer (qué rebuscado para decir tan poco). Bueno, ahí os dejo las aventuras de Hermógenes, con el culo más limpio de toda la puñetera historia.


Ni que decir tiene que el maldito Hermógenes tiene una malsana obsesión con su culo, puesto que se lo limpia cada vez que tiene ocasión, independientemente de la hora, el lugar y la gente que pueda estar mirándolo. Y también tiene un trastorno obsesivo-compulsivo de los cojones.
He de suponer, y supongo, que sois lo suficientemente inteligentes como para entender la historieta, aunque sea sólo por el contexto. Yo tengo que preguntar algunas veces por el significado de estas frases, porque mi mujer me las suelta y punto, en ocasiones sin una situación que la propicie. Eso si no son inventadas en ese mismo momento, cosa con la que disfruta.
Ojalá  publicara cosas tan ingeniosas con mayor frecuencia, pero soy más vago que una almohada, así que me temo que la vida seguirá tal y como es, para evitar desequilibrios en el Universo. ¡Hasta más ver!

Referencias alopécicas

De nuevo volvemos a los días y días sin publicar nada. Es que he estado malito y no tenía tampoco una excusa mejor, porque no es que haya estado las dos semanas enfermo terminal ni nada por el estilo. Y como siempre que me retraso brutalmente, dos entraditas (como las que tienen los calvos protagonistas de esta historia).
Bien, como la mayoría de las apariciones que tienen los calvos en el refranero español, la cosa va de la muerte. Verdaderamente prometedor. La frasecita tiene cierto intríngulis, pero, como todas las que elijo, tiene una interpretación literal bastante estúpida. Y la frase es: EN 100 AÑOS, TODOS CALVOS. Y allá va la mierda del día.


Parece que la calvicie ha traído la hipotimia a estas buenas gentes, aunque tener la sesera al descubierto puede entrañar muchas ventajas: ahorras en champú y en peines, te puedes disfrazar del Profesor Charles Xavier y Mortadelo en los Carnavales, tienes una figura más aerodinámica, etc. También conlleva algunos que otros contras, pero son nimiedades que no deben hundiros en la miseria, bolas de billar. Cada uno tiene que vivir con lo suyo, hasta con sus más oscuros e inconfesables secretos.
Nos vemos en la siguiente esperpéntica muestra de trastorno mental.

martes, 20 de septiembre de 2016

50 sombras de mí

En efecto, otras dos semanas de polvo acumulándose por aquí. En esta ocasión tengo excusa: he estado de merecidas vacaciones, tras un verano entero dando el callo por dinero (alusión a Homer Simpson). A ver, podría haber hecho algo durante las vacaciones, pero es que no me salió de ahí. "Lo siento" (véase Joey Tribbiani; va la cosa de referencias). Aunque a nadie le importa, he estado en Cádiz, ciudad de constituciones y pescaíto frito, y mi señora y yo nos hemos jartao de ambos.
A lo que vamos. Mucha peñita famosa de los interneses (youtubers, bloggers y mierdas cosas por el estilo) hacen vídeos en los que se abren a su amado público y cuentan ciertos datos sobre su persona que pueden resultar de interés nacional. Pues bien, como yo tengo un Blog (por llamarlo de alguna forma) y escribo lo que se me va pasando por el melón, ya sea por envidia o narcisismo, me voy a unir a esta gentecilla. ¡Allá van las 50 cosas sobre el Chache! Si os cansáis, leedlas por fascículos.

-1. Mi primera cerveza fue a los 23 años y fue una Shandy.
-2. En 2003 sufrí un shock anafiláctico cuya causa es todavía desconocida (pude diñarla, pero aquí estamos).
-3. Me encantan las palabras que contienen las 5 vocales.


-4. Mi animal favorito es el camaleón.
-5. Mi color favorito es el naranja amarillento, nada de mierdas como el naranja butano o naranja puesta de Sol.
-6. Tengo la arteria radial mal puesta y no se me toma bien la tensión.
-7. Tuve una época rebelde en 5º de Primaria en la que me llamaban la atención porque "hablaba por los codos".
-8. Tuve también una época religiosa en la que rezaba por las noches por los sentimientos de culpabilidad que insertaban en mí otras personas. Pero se me pasó, gracias a Dios.
-9. Cuando voy por la calle voy chasqueando los dedos y pongo posiciones extrañas con las manos, como si tuviera algún tipo de parálisis cerebral (sin intención de mofarme ni nada por estilo, simplemente porque sí).
-10. También se me puede ver tarareando o canturreando porque me relaja.


-11. Tengo posturas raras al dormir, como poner las piernas en forma de tetraedro, dormir con la mano empujando la pared o con los brazos a la espalda como si estuviera esposado (mi hermana me hace fotos de vez en cuando).


-12. Tengo el fenómeno de Raynaud: se me ponen las uñas azules cuando hace frío. Queda curioso y no pasa ná (de momento).
-13. Padezco un terrible miedo hacia las avispas.
-14. Y también al fuego (ahora no tanto, pero antes estaba obsesionado con no morir quemado).
-15. La catequesis supuso para mí dos años de trastorno depresivo mayor (sólo los martes). Lo  mismo amplío esto en otra entrada, porque tiene miga la cosa.
-16. Me perturba enormemente la presencia de mosquitos en mi casa.
-17. Estuve 11 años en taekwondo y soy cinturón marrón (no soy cinturón negro por problemas con las licencias y no se qué mierdas).
-18. No he presentado, presento ni presentaré hábitos tóxicos.
-19. Sumo los números de las matrículas y les hago la media por diversión.
-20. Tengo prácticamente nulo conocimiento sobre tecnología: ordenadores, móviles, coches, etc.
-21. También tengo prácticamente nulo conocimiento musical (aunque gracias a mi novia me estoy poniendo al día).


-22. Padezco una agorafobia moderada.
-23. Colecciono mil millones de cosas: playmobil, muñecos y cómics de marvel, merchandising de cosas varias, etc.
-24. Tengo un 100% de éxitos en conseguir pareja (1 de 1).
-25. Soy tremendamente desordenado y procrasti...
-26. Tengo una articulación residual infantil en el pulgar izquierdo y a algunas personas les resulta desagradable.


-27. Me aprendí el alfabeto griego por diversión
-28. Me considero ornitólogo amateur.
-29. Cuando me engancho a una serie suelo entrar en bucle y me veo 6 o 7 capítulos al día.
-30. Soy nintendero a muerte.


-31. No me disgustó la saga Crepúsculo.
-32. Para ser un hombre heterosexual, diferencio correctamente los colores.
-33. Me gusta ir combinado al vestir y, si no voy combinado, voy a disgusto. Soy bastante coqueto.
-34. No me gusta nothing de nothing el café.
-35. No me termina de cuacar el fútbol, fíjate tú.
-36. Nunca me he peleado con otros semejantes.
-37. Una vez fui al botellón, en Quintana. Vaya puta mierda.
-38. Me genera rechazo que me toquen o invadan mi espacio personal, pero lo voy tolerando mejor con el paso de los años y la madurez (pero no hay que pasarse).


-39. Lloré con El Último Samurái en dos ocasiones (qué machote).
-40. Mi película favorita es Everything is illuminated.
-41. Pero mi película favorita real es El Señor de Los Anillos: el Retorno del Rey.
-42. Sufro varias veces al mes episodios breves de despersonalización (pero no pasa ná).
-43. Antes me mordía las uñas hasta el ras, pero progresivamente lo he ido cambiando a morderme los padrastros y la piel de alrededor de las uñas (un comportamiento impulsivo-compulsivo nada recomendable).


-44. Los osos de peluche me transmiten tristeza.
-45. Tengo gafas desde los 4 años, aunque no soy muy cegato.
-46. Mi grupo favorito de música es Coldplay (de éstos sí me sé las canciones).
-47. Odio la canción The Reason de Hoobastank sin motivo aparente.
-48. Me encantan los Chocokrispies.
-49. No tengo tatuajes ni piercings y no creo que jamás los lleve.
-50. De pequeño me comía el relleno de los cojines y del sofá porque me gustaba el sabor.

Jope, menudos huevazos he tenido que echar para escribir tantas mierdas, pero es lo que hay. No estaba obligado a contar nada, pero es que adoro mis dotes literarias.
Si algún día me vuelve a apetecer, traeré más cosillas interesantes sobre este tío. Hasta más ver, granujillas.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Puericultura avanzada: ¡imaginación al poder!

En la entrada de antes no lo he dicho, probablemente porque carece de interés, pero estoy de vacaciones reales: me acuesto a las tantas sin motivo que lo justifique, me levanto a las tantas porque me he acostado tarde la noche anterior, y me acuesto a las tantas porque no tengo sueño, entrando en un horrible bucle del sueño. Al menos la primera semana está siendo así.
Bueno, la segunda gilipollez del día es la continuación de la genial sección "Puericultura avanzada", con divertidísimas anécdotas de mi época de colegial. La historia de hoy también es una a la que guardo cariño, por las lesiones producidas a otros semejantes y la cobardía mostrada por mi persona. Era la época de Star Wars, cuando iban a estrenar la primera película de la segunda trilogía (que para mí no existe), así que todos los niños manifestaban claros síntomas de obsesión con ser jedis y su puta madre. Y yo no iba a ser menos, así que, armado con mi estuche-lápiz gigante del Real Madrid, me dispuse a enzarzarme en una batalla épica con mi amigo Ernesto (no es su nombre real, por los derechos de autor que ya expliqué).


Pues sí. El estuche reventó brutalmente, con la consecuente ráfaga de proyectiles que produjo algún que otro daño (reversible, gracias al Señor). Lo de la cobardía viene porque nunca jamás dije lo que había pasado, a pesar de las insistentes preguntas y el reguero de lápices que había por el suelo y que podía incriminarme. Simplemente me senté y esperé. Fui recogiendo los lápices que seguían en buen estado a lo largo de la semana, pero otros fueron abandonados a su suerte, para no levantar sospechas. Cosas de niños.
Pido perdón a los héroes caídos: el lápiz de cera lila partido en miles de astillas y al sacapuntas amarillo que reventó contra la pizarra

Vuelta a las expresiones genitales

Si se busca la palabra "inconstancia" en Google, pueden verse varias imágenes de una estatua de mi persona homenajeando esta cualidad tan rica que tengo. La estatua no está terminada. Todo es broma.
Bueno, pues después de 11 días sin tocar las narices a las personas, al lío. Por el remordimiento de conciencia creado en mi interior (y la influencia de mi tío Juanda, ferviente seguidor de este pedazo de hez fecal de blog), hoy subo un par de cosas, como viene siendo costumbre.
La primera cosa va a ser una frasecita, sacada de mi genial libro "1000 refranes nosequé". Normalmente en los títulos pongo pistas de lo que va a salir, así que puede intuirse que en la frase va a aparecer un sustantivo que haga referencia a las gónadas. Y ese sustantivo es: ¡POLLA! Un nombre que a todos gusta y que es muy fácil de usar. ¿Y cuál es la frase esperpéntica que protagoniza nuestra palabra del día? "A FALTA DE POLLA, PAN Y CEBOLLA". Lo suyo es tirarse por lo fácil y hacer una interpretación literal del asunto, pero hoy voy a hacer una ilustración de su verdadero significado: en el siglo XVIII era frecuente tener una reserva de grano, pero siempre... vale, no puedo más. ¡Y allá vamos!


Bermúdez se lesionó gravemente su miembro viril, su cacharra, su bermudito, su anaconda, su soga para atar barcos, etc., en un accidente de tiovivo, al intentar salvar a un niño de un caballito pony descarriado (sí, intentar, porque el niño no salió muy allá). Pero bueno, parece que el bocadillo le ha hecho ilusión. Si la vida te da limones...
Algunas voces dicen que Nepomuceno, nuestro fabricante favorito de pollas en vinagre (visitar http://sanmartindebromista.blogspot.com.es/2016/05/expresion-estrambotica.html para mayor información), aprovechó un descuido en quirófano para llevarse el mango de sartén, el mástil de proa, el ariete, el tronco de secuoya, etc., de Bermúdez. Al menos, eso cuentan las gentes. ¡Cuidado con vuestros aparatos reproductores (y con los caballitos ponys)!

martes, 23 de agosto de 2016

Calificativos quintanejos

¡Hola de nuevo!. La segunda entrada de mierda de hoy trae dos expresiones que proporciona al mundo con soberana alegría mi señora. Como casi todos los vocablos que me enseña, suelen tener alguna palabra en castellano nivel usuario que las podría sustituir, pero la riqueza del dialecto quintanejo es tal que insta a usarlas con total libertad. ¡Y allá van!


El  dibujo no es una cosa espectacular, pero sirve para hacernos una idea de lo que es un bartolo de abajo. Lo usamos para hacer referencia a varones que presentan gran volumen corporal en la parte inferior de su abdomen, sus caderas y sus piernas, lo que les da aspecto de campana o de triángulo isósceles. Ejemplos de bartolos de abajo son el cocinero David de Jorge, hombres con síndrome de Klinefelter o el hijoputa de mi vecino del tercero. Pueden hacerse variaciones de esta expresión dependiendo de donde se localice el aumento de masa en el varón, pudiendo encontrarnos también con bartolos de arriba o bartolos del medio.


La segunda expresión puede ser entendida como la contraria a bartolo de abajo. Como vemos en la ilustración, tener las piernas como dos palos de sacudir no es otra cosa que eso, tener las piernas como un par de palos de sacudir. No tiene más misterio (como suele decir mi paciente amigo Frutos). Estas piernas combinadas con brazos enclenques, cuello de lápiz y cabeza anormalmente estrecha no llaman la atención, pero últimamente hay individuos vigoréxicos y estúpidos (valga la redundancia), que se olvidan de que en las piernas también hay músculos, dando estos olvidos como resultado cuerpos deformes y descompensados. Un poquito de cabeza, por favor.
Bueno, me acaba de dar la bajona porque mañana tengo guardia y no me apetece, pero todo sea por labrarse un buen futuro. Ayió.

La cabra siempre tira al monte

¡Hala, dos semanas de sequía! No soy un tipo de fiar. Como intento de excusarme, tengo que añadir que he estado de pseudovacaciones. Pero, ¿qué significa esta palabra que me acabo de inventar? Pues mira, he seguido trabajando, pero mi familia se ha ido unos días a la playita y de ocioso turismo. Debido a esta situación, he estado solito en casa (la mayor parte del tiempo en calzoncillos) y aprovechando el tiempo en ver películas pendientes, pasar el tiempo con mi abuela como buen nieto que soy y, ocasionalmente, no hacer nada. En mi línea.
Y como suelo hacer cuando llevo mucho tiempo sin subir nada, hoy voy a deleitar al mundo con dos gilipolleces como una casa.
La primera es un curioso refrancillo, éste que viene en el título: "LA CABRA SIEMPRE TIRA AL MONTE". Muy profundo todo. No es un refrán que necesite mucha explicación, pero allá voy. Puede hacer alusión a algo previsible, algo que no sorprenda, que esté implícito en la persona, animal o cosa protagonista de la historia. Ejemplos serían leones que cazan gacelas, canis que escuchan reggaeton o políticos que quieren destruir países.
Y siendo yo un tío especial, he aquí mi interpretación de este bonito refrán (ay, la cabra siempre tira al monte, como he estado diciendo todo el rato).


Pues sí, este macho cabrío ha preparado una escapada romántica consigo mismo en un rinconcito rural, para descansar del estrés del trabajo y la familia. ¡Dios, qué ganas de vacaciones reales!

martes, 9 de agosto de 2016

Jacob, el loro que se hizo persona: el cojín

Hace tiempo que Jacob no nos deleita con sus extravagantes comportamientos de psitácido psicótico. La historia que hoy nos atañe es una de las actividades favoritas de Jacob (y una de las que más frecuentemente realiza). No sé cuando empezó a aficionarse por esto, pero no fue mucho después de que lo adoptásemos. En resumen, lo que sucede es lo siguiente.


Jacob es una especie de pervertido sexual que se tira a todo lo que es mínimamente blandito. Es un espectáculo indigno de ver: mueve las caderas sexymente, hace ruiditos extraños y, lo peor de todo, se pone agresivo si intentas interrumpir su arrebato sexual o estás a una distancia que él considere inoportuna. Normalmente ejerce su desenfreno de amor con cojines, pero no hace ascos a almohadas, mantas, toallas, ropa o, incluso, personas. Se refriega insistentemente contra tu hombro o tu rodilla y te ataca vilmente si intentas zafarte de él. Un cabronazo sin precedentes.
Hubo una temporada en la que este pajarraco no practicó el acto sexual y, tontos de nosotros, nos empezamos a preocupar y pensamos que tal vez podría estar enfermo. Nada más lejos de la realidad: en un par de días se desfogó a gusto y pronto volvimos a irritarnos con sus promiscuas conductas. A ver con qué nos sale este bicho en sus próximas aventuras.

martes, 2 de agosto de 2016

Calvo vendrá que calvo me hará

No sé qué le pasa a la gente con los calvos (me incluyo, y más habiendo puesto en entradas anteriores mi encontronazo con El Calvo). El caso es que suelen ser motivo de jocosidad: le pasan cupones por la calva para que den suerte, hacen chistes sobre situación capilar ("no tienes ni un pelo de tonto") y son comparados con huevos, bolas de billar y demás objetos de superficie esférica o cuasiesférica.
Ojeando y hojeando mi magnífico libro de 1000 refranes españoles (editorial desconocida), he ido encontrando varios refranes haciendo alusión a los calvos, tanto por metáforas como por referencias directas. Hay una especie de obsesión colectiva hacia los calvos.
Y bueno, como ya pone en el título de la entrada, el refrán alopécico de hoy es "CALVO VENDRÁ QUE CALVO ME HARÁ". Este refrán sí es metafórico, anafórico o como sea lo que quiero decir. Hace referencia a la muerte (empezamos bien; la mayoría de las veces que sale un calvo en el refranero es la muerte o un muerto; buen augurio). Pero como yo soy especial, prefiero mi versión.


Buenaventura es completamente calvo desde el inicio de su adultez. No lo lleva mal, pero de vez en cuando usa su terrible poder alopecizador para gastar alguna broma pesada, como, por ejemplo, a Calixto, que sin comerlo ni beberlo se ha unido al rebaño de los calvorotas. Con lo orgulloso que estaba de su rebelde cabellera.
Por genética no creo que me quede calvo. Si algún día pierdo el pelo, seguramente sea por algún castigo divino-kármico.
Saludos a mi cuñado. Besos.

Historias de Arrancao: Chuck Norris

Ayer me recordaron que tenía una especie de blog de humor en internet y caí en la cuenta de que llevaba casi dos puñeteras semanas sin publicar nada, sin motivo aparente, seguramente secundaria toda esta situación a la procrastinación que con tanto gusto llevo. Vamos, un sinvergüenza.
Y como llevo tanto tiempo sin deleitar al mundo con mis tonterías, hoy os vais a llevar dos tazas. Para empezar, otra aventura de nuestro querido amigo Arrancao, que ha vuelto a hacer de las suyas. En esta ocasión, un pobre altruista recibe la paliza de su vida, amén de varias fracturas y lesiones (probablemente irreversibles). Ahí dejo la cosa.


¡Qué gracioso! Arrancao disfruta de la desgracia ajena, sobre todo si es tan cercana (y le salpica alguna que otra gotita de sangre). Chuck Norris tuvo su buena época, con la serie Walker (más mala que la hostia, pero que, inevitablemente, me tragaba todos los días, con sus persecuciones a toda velocidad en coches que estallaban al más mínimo contacto con otros coches y de los que salían los ocupantes totalmente ilesos) y las artes marciales con las que reventaba a todo dios. Últimamente no sale mucho, a saber qué estará tramando. Al menos se desfogó con el tipo éste.
Espero que Arrancao siga haciendo más hijoputeces como ésta. Nos alegran el día.

miércoles, 20 de julio de 2016

Puericultura avanzada: ¡Caaaaalvooooo!

Otra de las secciones que tengo la intención de explotar por este rinconcito va a ser ésta, "Puericultura avanzada". Como alguno supondrá, la sección va a consistir en diversos consejos que iré dando periódicamente para educar a vuestros hijos de forma correcta para que sean adultos provechosos en un futuro no muy lejano. Es mentira.
Como éste es un blog de humor, intento traer cosas de risa, y esta nueva sección no va a ir sobre aburridas gilipolleces que no interesan a nadie. Aquí irán apareciendo anécdotas, protagonizadas por mí en la mayoría de los casos (por el narcisismo), que contienen gran cantidad de material hilarante. En ocasiones aparecerán otras personas de mis alrededores, cuyos nombres van a ser modificados por motivos de derechos de autor.
Y sin más dilación, os traigo una historia a la que guardo mucho cariño. Tendría yo unos 11 años aproximadamente. Por aquel entonces, estábamos en el patio mis amigos Ezequiel y Frutos (hay otro amigo más que no estuvo presente en esta anécdota; juntos éramos "Los Cuatro Autistas"). El caso es, que, sin motivo aparente, comenzamos a atosigar a un hombre alopécico del colegio que estaba frente al nuestro. No sé si era profesor o conserje o cualquier otra cosa, pero empezamos a gritarle "¡Caaalvooo!" todos los puñeteros días. Al principio nos ignoraba, así que los gritos fueron cada vez más altos y continuos. Hasta que un día, la paciencia del calvo llegó a su límite.


Buenos recuerdos. Poca gente me ha mirado con esa cara de odio. Me imagino al pobre hombre llegando a casa y contándole a su mujer que tres hijos de puta granujillas le tocaban las narices durante todo el recreo y que tenía deseos de asesinarlos brutalmente. Fueron dos buenas semanas, pero la historia con el calvo no quedó ahí, pues poco después volvimos a vernos las caras.
Espero que no nos consideréis malas personas. Eran cosas de niños y lo hacíamos sin maldad. Además, él se lo buscó.
Haré memoria e iré trayendo más historias a tope de risas. Hasta más ver.

miércoles, 13 de julio de 2016

Muestra de compañerismo evidente

Quien haya visto en alguna ocasión mi obra artística habrá llegado a la conclusión de que soy una especie de dios del dibujo. Yo lo sé, pero no me gusta hacer alarde de mi don divino. Es broma (pero toda broma tiene su parte de verdad).
El caso es que, aprovechando que me defiendo en esta disciplina, creí oportuno diseñar junto con mi señora (aportadora de la mayoría de las ideas) un dibujo para la camiseta que conmemoraba los seis años de carrera (nuestros y de nuestros incondicionales y estimados compañeros). Y bueno, creo que no quedó nada mal.


Cada muñequito sostiene los diversos bártulos y conocimientos que con tantas ganas disfrutamos en cada curso. ¡Cuántos (e innecesarios) recuerdos! A la peñita le pareció potable, así que se decidió que era el mejor diseño y se plasmó en nuestras ciento y pico camisetas (de color amarillo intenso, por cierto).
La verdad, no es porque sea nuestra, pero es la mejor camiseta de todas las que se han ido haciendo para las diversas promociones. ¡Qué preciosidad!
Aclaración: por ahí en medio sale una frase: "sois la generación del cuchi-cuchi". Es una perla proporcionada por uno de los peores profesores que he tenido en mi vida (más que aquel que le metió una mesa en el pecho a un amigo). El caso es que el individuo llegó el primer día con la escopeta cargada y comenzó a humillar a la gente indiscriminadamente, mientras repetía la susodicha frase. No volví a ir a su puta clase ni un día más. Me he enterado de que se ha jubilado. Mi más sincera enhorabuena a las promociones venideras.
No sé si la gente nos recordará (aunque ganamos el premio Míster y Miss Ennoviados), pero al menos tienen en su armario un pedacito de nosotros.

Juego de palabras estúpido

Parece que voy espaciando las entradas en el tiempo. Mal rollo. Pero como compensación, hoy voy a subir un par de tonterías, que me siento generoso.
La primera cosa va a ser uno de esos juegos de palabras que a mí tanto me gustan, pero que no tienen ni puñetera gracia seguramente. La historia va sobre la timidina, un nucleósido con sus más y sus menos. En esta ocasión, atendemos a uno de sus menos.


La timidina lo pasa mal en fiestas y en reuniones sociales, a las que se ve obligada a acudir por cuestiones de trabajo. Le cuesta mucho entablar conversaciones y sus únicos amigos son su almohada y un ficus (tiene un amigo más que yo). El caso es que la timidina es feliz así (o al menos así lo cree, que es lo importante).
Como puede observarse, el chiste es una puta mierda pasable. Prometo que los futuros intentos de hacer gracia serán algo más exitosos. Nos vemos en breve.

martes, 5 de julio de 2016

Vocabulario quintanejo

Este fin de semana he estado de visita por Quintana de La Serena y, como siempre, me he nutrido de la sabiduría rural y compartido momentos con los oriundos del lugar. Es mentira. Simplemente he estado en el pueblo.
Últimamente hace un calor sofocante por aquí, cosa normal en esta época, claro está, así que lo único que hemos estado haciendo mi señora y yo ha sido ver películas tirados en el suelo, puesto que se te pegan las carnes en el sofá. Además, el ventilador no ejerce todo su efecto al mover únicamente masas de aire caliente. El típico y delicioso verano extremeño (a pesar de las quejas, me gusta).
Bueno, pues, como en todos los pueblos (supongo), Quintana ha ido desarrollando un vocabulario exclusivo, que he estado metiendo por aquí con calzador. Y hoy traigo dos de esos vocablos. Ahí va el primero.


Ilustrativo, para que se entienda. Un ojogüero es una persona con los ojos así, saltones, inquietantes, con los párpados como si estuvieran conteniendo una fuerza irresistible. Hay muchos ojogüeros en el mundo, pero pocos conocen este calificativo. Así que cuando veáis un ojogüero, podréis ponerle un nombre más específico. Famosos ojogüeros son Steve Buscemi, Eva Hache, Enrique San Francisco o Rami Malek. He buscado lo que significa güero y me encuentro con que significa blanco en Sudamérica. Nada que ver con cosas saltonas o prominentes.
Y la seguna palabrita es:


No creo que haya mucho que explicar. Hay sinónimos más usados, como mellado o "gente sin piños", ya sea por la caída de los dientes de leche de los niños o por otras etiologías (principalmente drogas).
Bien, espero haber enriquecido el léxico de mis miles de seguidores. Usad los quintanismos con moderación, no queremos que se conviertan en una plaga. Hasta más ver.

lunes, 27 de junio de 2016

Cosa rara, pero risible

Como es costumbre últimamente en mí, aprovecho el saliente de guardia y que no estoy excesivamente exhausto para seguir con este cúmulo de idioteces. Hoy toca ensayo y revisión bibliográfica del refranero español.
Hace un montonazo de años me regalaron en un cumple o algo el típico libro de "1000 nosequés". A mí me tocó "1000 refranes españoles". Me parece que lo abrí una o dos veces y fue directo a la estantería. No sé quién me lo regaló, pero que no se sienta ofendido, pues ahora recurro a él para buscar refrancillos chupis.
Repasando y repasando, he visto unos cuantos de los que se puede sacar jugo. Pero uno de los que me ha llamado la atención es el siguiente: "BENDIGA DIOS LA CASA DONDE HAY VIEJO A LA BRASA".
A ver, supongo que es algún tipo de metáfora sobre la sapiencia de los ancianos, pero coño me parece que puede malinterpretarse y producir gerontocidios en masa. El caso es que es una frase graciosilla, a mi parecer, y no me he podido resistir a plasmar la imagen literal.


Pantaleón es un buen cristiano y le gusta pasar buenos ratos con su amigo Dios. Resulta que Dios es un poquito interesado y suele exigir que cuando lo invitan a algún guateque haya al menos algo digno de jalar. Pero Pantaleón es un chico listo y le prepara en su barbacoa un rico viejito asado a la leña. ¡Para chuparse los dedos! "Lo mejor es el solomillo", predica Dios.
Y después de esta viñeta que roza la blasfemia (o la sobrepasa, no sé), me voy con viento fresco.

viernes, 24 de junio de 2016

Encontrar una aguja en un pajar

Desde el fin de semana pasado, es feria en Badajoz. Feria de San Juan, por cierto. Mientras las personas sociables se encuentran ahora mismo disfrutando de los sonidos de los cacharros, los caballitos ponys, el alcoholismo y su puta madre el jolgorio, yo me comporto como el ser agorafóbico y evitativo de siempre y me quedo en casita con mi pijama. Y puesto que no tengo nada mejor que hacer (ni amigos), a publicar una entrada toca.
Como son un tema abundante, esta noche traigo otra frasecita. Como todas las frases que publico, me gusta especialmente, y tiene mucho que ver con mi persona y el tipo de orden que existe en mi habitación. Buscar algo en concreto es una ardua tarea, en ocasiones, inacabable. Pero, en ocasiones, sí puedes encontrar el anhelado objeto.


Sinforoso y Felisindo son dos chavales pueblerinos de aúpa. Como buenos paletos, realizan actividades que requieren pocos recursos cognitivos, aunque resulten altamente satisfactorias para la parte de su cerebro que controla la diversión. Sin embargo, a pesar de la buena idea de Sinforoso, Felisindo ha encontrado la aguja que tiró hacía unos días una pareja de yonkis. La buena noticia es que, tras las pruebas pertinentes, Felisindo no contrajo ninguna enfermedad grave (solo un enorme absceso en la puta frente).
¿Qué enseñanzas nos proporciona esta aventura protagonizada por esta gente de la tierra (sobre las que no tengo nada en contra)? No tirarse de cabeza a lugares potencialmente peligrosos, supongo. Yo, desde luego, no lo haré.
PD: hay cosas de la feria que sí me gustan: churros con chocolate, el horario de feria en el curre (horario reducido, claro) y los fuegos artificiales (el año pasado me los perdí por una puta guardia). Si os gusta la muchedumbre y la fiesta desenfrenada, os recomiendo que vengáis por estas tierras.

martes, 21 de junio de 2016

El don de la oportunidad

Huyyy, se cumple una semanita desde a última entrada. Casi vuelvo a cometer el fatal error de dejar esto aparcado. Sería un crimen contra el buen hacer de las personas. El otro día fue mi cumple. así que lo celebré por todo lo alto: ir al curre por la mañana, comer pizza y poner unas velitas en una tarta del Mercadona. Puede parecer triste y con poco contenido lúdico, pero yo lo disfruté bastante. Soy un tipo sencillo (en ocasiones).
Bueno, pues después de mi parrafada intrascendente de rigor, allá vamos con la mierda del día. Hoy toca una frasecita, de las que a mí me gustan. La he puesto como acertijo visual extremadamente complicado y perjudicial para el cerebrito. Que no, que está potable.


Si no se adivina con la ilustración ni con la pista sarcástica implícita en el título, ya sabéis, a tomar más omega-3.
Como siempre, explico un poco lo que pasa en la historia. Indalecio es un gilipuertas. Cada vez que necesita mover muebles a sus numerosas mansiones, recurre rápidamente a sus incautos amigos. Sin embargo, se escabulle que da gusto cuando alguno de éstos quiere cobrarse el favor, y aparece justo cuando el trabajo está finiquitado. Un personaje del todo indeseable, con pésimo gustos para las chaquetas.
Espero que el acertijo haya puesto en marcha ciertas zonas oxidadas e infrautilizadas de vuestros cerebros. A ver si para la próxima cosa no espero tantos días (aunque es más un reto personal que una demanda popular, claro está). Hasta lueguito.

martes, 14 de junio de 2016

A las ricas interpretaciones literales

La gente aprovecha los salientes de guardia para hacer cosas productivas o entrar en coma, pero yo soy especial y aquí estoy, escribiendo cosas sin importancia y de forma improvisada. Hoy traigo dos dibujitos que, como puede intuirse, son interpretaciones literales. ¿De qué? Pues ahora voy con las explicaciones pertinentes.
La primera es una palabra oriunda de Andalucía (o, al menos, yo sólo lo he oído por aquella zona). La palabra en cuestión es carajaula. Tiene un tinte peyorativo, pero tampoco te vas a tomar a mal un insulto de semejante calibre, ni siquiera suena ofensivo, a no ser que seas este tipo.


El pajarraco que tiene dentro es el cabronazo de Jacob. En fin, tampoco voy a pensar mucho más en la cosa ésta, que no da para más.
La siguiente interpretación literal que traigo es una expresión de mi señora: tiene periquito. La primera vez que la escuché pensé que no tenía ni puñetera relación con lo que pretendía significar. Años después, se ha convertido en parte de mi léxico, pero el origen de su significado sigue siendo un enigma. El caso es que viene a referirse a personas que han sufrido acné y a las cuales les han quedado marcas y cicatrices. De este modo, esa persona tiene periquito. ¿Quién podría molestarse en ponerle un nombre tan raro a esa situación? La defensa de mi señora es: "es como si unos periquitos le hubieran picado la cara". Ni Los Pájaros de Hitchcock, pero se acepta la explicación. Pues allá vamos con un tío con periquito en la cara.


Éste sí que tuvo un acné de proporciones bíblicas.
Pues ya terminé con las gilipolleces de hoy. Me toca descansar y pensar en lo que he hecho. ¡Hasta más ver!


jueves, 9 de junio de 2016

Jacob, el loro que se hizo persona: cómo ser un subnormal

Uno de los nuevos personajes que van a pulular ocasionalmente por aquí es la forma humana de mi loro Jacob. No sé si dará mucho juego, porque el tío tampoco es un fiestas, pero al menos lo intentaremos.
En esta ocasión, este plumífero (aunque en las viñetas ya no) personajillo protagoniza una de sus más recurrentes muestras de subnormalidad absoluta. He aquí la escena del puñetero.


Pues sí. Jacob suele tocar mucho los bolindres cuando se aburre de estar en su solitaria habitación. Se da golpes contra las paredes, grita chirriantemente e incluso hace amagos de ahorcarse en su columpio o de arrancarse la cabeza con las garras de gavilán que me lleva. Pero claro, tener suelto a semejante individuo durante mucho tiempo no es plato de buen gusto. Cuando la paciencia de los que lo rodeamos llega a su fin, hay varias opciones: trasladarlo a un lugar oscuro y que se eche una siestecita, asesinarlo brutalmente, darle un cojín (este aspecto será explicado en breve; un adelanto: es algo sexual) o, Dios nos libre, sacarlo a dar un paseillo.
El problema viene cuando el hijoputa mamonazo se queda dentro con la puerta abierta y sigue gritando como un becerro, aumentando la desesperación y las ganas de matar de sus acompañantes. A pesar de indicarle de forma explícita la salida, el tiparraco se queda como un pasmarote hasta que lo tienes que sacar a la fuerza, porque encima pone resistencia.
Jacob es un dador de risas sin fin (aunque supongo que sí hay fin y está cerca). Esperemos que en la próxima de sus aventuras no sufra un intento de asesinato.

martes, 7 de junio de 2016

Soy un tío callado

Debido a mi narcisismo, creo oportuno incluir en esta parcelita mía de Internet ciertos aspectos de mi vida que considero aptos para el disfrute del mundo. Uno de estos aspectos son características de mi personalidad que, dependiendo del punto de vista, pueden ser divertidas o tremendamente irritantes (en la mayoría de los casos, la segunda opción). Por si a alguien le pudiera interesar, ya hice una entrada sobre mi mayor virtud hace un tiempo (y también mi mayor debilidad): la seriedad. Aquí está el enlace a tamaña jocosidad.


La seriedad es una de las dos cosas que son más evidentes en mi persona. Y como una persona medianamente inteligente se puede ya imaginar, el otro rasgo más distintivo es que soy un tío callado. Pero callado callado, ¿eh? Silencioso, parco, escueto y más sinónimos que no tengo muchas ganas de buscar. Y claro, uno puede elucubrar y decir: "pero este tío pretende ser especialista en Psiquiatría. ¿Cómo cojones va a ser psiquiatra si no habla una puta palabra?". La respuesta es sencilla: si es estrictamente necesario, este tío le echa un par de ovoides al asunto y le da a la húmeda que da gusto. Tengo que poner esfuerzo dada mi moderada fobia social, pero uno va practicando y va fingiendo mejor que es una persona normal.
Situaciones graciosas han nacido de esta extraña habilidad para permanecer mudo sin serlo. La principal (y la que suele repetirse al menos una o dos veces al mes) es que alguien me dice: "¡eres muy callado!", normalmente con una sonrisa en la cara. No entiendo cuál puede llegar a ser su intención. A lo mejor sólo me está informando de que soy callado, por si yo no fuera consciente por algún motivo mágico. Otra opción sería que le incordia mi mutismo y salta con un comentario a la defensiva. O incluso puede haber más razones, pero bueno, yo estas cosas, al ser verdad, pues no me molestan (a no ser que se repitan hasta la saciedad o se hagan con inquina, claro está). Me molestaría más que me dijesen que hablo por los codos, ya que esto sólo me ocurre en los ocasionales episodios hipomaniacos que me dan en Navidades y cumpleaños principalmente.
Este enorme e  innecesario texto no viene a decir que pienso permanecer callado toda mi vida, que conste. Sé que hablar está socialmente aceptado en la mayoría de las culturas y, aunque no lo parezca, me esfuerzo un huevo en intentar conectar. Seguramente esta dificultad para articular vocablos sea la razón de que me ponga a escribir gilipolleces tan extensas. Puede que necesite un poquito de desahogo.
Y bueno, para terminar, el otro día  me dedicaron una frase, que viene al pelito: ANTONIO LAS MATA CALLANDO. Pues ea, ahí va la ilustración que tanto ansiáis.


Leocadio es también un tío callado, con un inusual poder con el que tiene que lidiar día tras día. Un tío curioso, la verdad.
Espero que esta sarta de bobadas no haya sido tan aburrida de leer como imagino. Cada uno es como es, pero no viene mal de vez en cuando unirse al gentío. ¡Hasta más ver!

miércoles, 1 de junio de 2016

Historias de Arrancao: giro inesperado de los acontecimientos

Como puede intuirse, la entrada de hoy vuelve a tener como protagonista a nuestro mamonazo favorito. Hilarantes momentos nos da este tiparraco. El caso es que esta publicación tiene su intríngulis, hay algo inquietante, sujeto a la libre interpretación que tenga cada uno. Y sin más dilación, la situación en cuestión.


¿Qué demonios ha pasado? Arrancao siempre está enterrado en el suelo al inicio de sus aventuras (por motivos que no sabemos), pero, ¿por qué en esta ocasión está fuera? ¿Ya había sido arrancado antes? ¿Ha habido algún tipo de transferencia mental? ¿Ser Arrancao corresponde a un estado mental o se es así congénitamente?
Muchas preguntas suscita este diabólico personaje, preguntas que probablemente tengan la respuesta más absurda y sencilla posible, pero que nunca serán aclaradas. A ver qué próxima trastada nos trae este capullito de alhelí. Espero que sea una de las gordas.

domingo, 29 de mayo de 2016

A buen entendedor...

Llevo un tiempecito sin subir cosas por lo que veo. Y como a nadie le importa el motivo, pues vamos al grano.
Hoy traigo otra frasecilla. ¡Cómo me gustan! Además, ésta puede ayudar a distinguir entre gente medianamente inteligente y gente algo más "iletrada". ¿Y para qué puede servir esta distinción? Pues dependiendo del plan que tenga cada uno a la hora de relacionarse con otros seres humanos. El título de la entrada, aunque incompleto, es suficiente para conocer la frase entera. Y si no es suficiente, puede ser indicativo de leve o moderado retraso mental (o aislamiento social).
Y para que la entrada sea más vistosa, ahí vamos con el dibujillo.


Teopisto es un tipo suspicaz e iracundo y no le gusta nada de nada que alguien insinúe que es tonto del culo o que le oculten información. Puede tener algo que ver el que su esposa le ocultase durante 28 años que era un hombre. Supongo que no es muy buen entendedor al fin y al cabo.
Bueno, chavalada, intentad observar y comprender el mundo que os rodea o se volverá contra vosotros.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Se la peló...

Una de las misiones que me he autoimpuesto en mi vida es pregonar a viva voz las expresiones usadas por mi señora. Tiene muchas, ya sean procedentes de su herencia pueblerina o de su acuñamiento personal. Éstas últimas son, en muchas ocasiones, ininteligibles, pero bueno, te echas unas risas (me obliga a decirlas como un loro de repetición y se parte el culo, pero yo lo hago de buen grado). Otras expresiones son variaciones de otras ya existentes u otras que reproducidas por ella adquieren un encanto especial. Menudo enrollamiento palabril.
En esta ocasión traigo una expresión más o menos conocida por el gentío, con el toque especial de mi cariñito. La frase es "SE LA PELÓ CON...", usada para demostrar la indiferencia (o incluso negligencia) hacia una situación, persona, animal u objetos varios. ¿Y qué ha añadido la novia del chache? Pues un recurso enfático súper complejo: añadir "YA" al principio de la frase. Un aporte de gran importancia.
Y bueno, ¿cómo se la pela uno con algo o alguien? ¿Qué se pela exactamente? Supongo que cada uno se pela lo que quiera y como quiera. Pues bien, aquí un ejemplo.


Difícil tiene que ser pelársela con un folio, pero seguro que es menos complicado que hacerlo con los cuchillos de la cafetería de mi hospital. Supongo que Ciriaco se la pela con el examen porque ha comprendido que un simple test no evalúa realmente cuán inteligente es alguien (aunque también puede ser porque no estudió ni una página para el examen de manipulador de alimentos). Hasta prontillo.