Este fin de semana he estado de visita por Quintana de La Serena y, como siempre, me he nutrido de la sabiduría rural y compartido momentos con los oriundos del lugar. Es mentira. Simplemente he estado en el pueblo.
Últimamente hace un calor sofocante por aquí, cosa normal en esta época, claro está, así que lo único que hemos estado haciendo mi señora y yo ha sido ver películas tirados en el suelo, puesto que se te pegan las carnes en el sofá. Además, el ventilador no ejerce todo su efecto al mover únicamente masas de aire caliente. El típico y delicioso verano extremeño (a pesar de las quejas, me gusta).
Bueno, pues, como en todos los pueblos (supongo), Quintana ha ido desarrollando un vocabulario exclusivo, que he estado metiendo por aquí con calzador. Y hoy traigo dos de esos vocablos. Ahí va el primero.
Ilustrativo, para que se entienda. Un ojogüero es una persona con los ojos así, saltones, inquietantes, con los párpados como si estuvieran conteniendo una fuerza irresistible. Hay muchos ojogüeros en el mundo, pero pocos conocen este calificativo. Así que cuando veáis un ojogüero, podréis ponerle un nombre más específico. Famosos ojogüeros son Steve Buscemi, Eva Hache, Enrique San Francisco o Rami Malek. He buscado lo que significa güero y me encuentro con que significa blanco en Sudamérica. Nada que ver con cosas saltonas o prominentes.
Y la seguna palabrita es:
No creo que haya mucho que explicar. Hay sinónimos más usados, como mellado o "gente sin piños", ya sea por la caída de los dientes de leche de los niños o por otras etiologías (principalmente drogas).
Bien, espero haber enriquecido el léxico de mis miles de seguidores. Usad los quintanismos con moderación, no queremos que se conviertan en una plaga. Hasta más ver.
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