Parece que voy espaciando las entradas en el tiempo. Mal rollo. Pero como compensación, hoy voy a subir un par de tonterías, que me siento generoso.
La primera cosa va a ser uno de esos juegos de palabras que a mí tanto me gustan, pero que no tienen ni puñetera gracia seguramente. La historia va sobre la timidina, un nucleósido con sus más y sus menos. En esta ocasión, atendemos a uno de sus menos.
La timidina lo pasa mal en fiestas y en reuniones sociales, a las que se ve obligada a acudir por cuestiones de trabajo. Le cuesta mucho entablar conversaciones y sus únicos amigos son su almohada y un ficus (tiene un amigo más que yo). El caso es que la timidina es feliz así (o al menos así lo cree, que es lo importante).
Como puede observarse, el chiste es una puta mierda pasable. Prometo que los futuros intentos de hacer gracia serán algo más exitosos. Nos vemos en breve.
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