martes, 9 de agosto de 2016

Jacob, el loro que se hizo persona: el cojín

Hace tiempo que Jacob no nos deleita con sus extravagantes comportamientos de psitácido psicótico. La historia que hoy nos atañe es una de las actividades favoritas de Jacob (y una de las que más frecuentemente realiza). No sé cuando empezó a aficionarse por esto, pero no fue mucho después de que lo adoptásemos. En resumen, lo que sucede es lo siguiente.


Jacob es una especie de pervertido sexual que se tira a todo lo que es mínimamente blandito. Es un espectáculo indigno de ver: mueve las caderas sexymente, hace ruiditos extraños y, lo peor de todo, se pone agresivo si intentas interrumpir su arrebato sexual o estás a una distancia que él considere inoportuna. Normalmente ejerce su desenfreno de amor con cojines, pero no hace ascos a almohadas, mantas, toallas, ropa o, incluso, personas. Se refriega insistentemente contra tu hombro o tu rodilla y te ataca vilmente si intentas zafarte de él. Un cabronazo sin precedentes.
Hubo una temporada en la que este pajarraco no practicó el acto sexual y, tontos de nosotros, nos empezamos a preocupar y pensamos que tal vez podría estar enfermo. Nada más lejos de la realidad: en un par de días se desfogó a gusto y pronto volvimos a irritarnos con sus promiscuas conductas. A ver con qué nos sale este bicho en sus próximas aventuras.

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