martes, 21 de junio de 2016

El don de la oportunidad

Huyyy, se cumple una semanita desde a última entrada. Casi vuelvo a cometer el fatal error de dejar esto aparcado. Sería un crimen contra el buen hacer de las personas. El otro día fue mi cumple. así que lo celebré por todo lo alto: ir al curre por la mañana, comer pizza y poner unas velitas en una tarta del Mercadona. Puede parecer triste y con poco contenido lúdico, pero yo lo disfruté bastante. Soy un tipo sencillo (en ocasiones).
Bueno, pues después de mi parrafada intrascendente de rigor, allá vamos con la mierda del día. Hoy toca una frasecita, de las que a mí me gustan. La he puesto como acertijo visual extremadamente complicado y perjudicial para el cerebrito. Que no, que está potable.


Si no se adivina con la ilustración ni con la pista sarcástica implícita en el título, ya sabéis, a tomar más omega-3.
Como siempre, explico un poco lo que pasa en la historia. Indalecio es un gilipuertas. Cada vez que necesita mover muebles a sus numerosas mansiones, recurre rápidamente a sus incautos amigos. Sin embargo, se escabulle que da gusto cuando alguno de éstos quiere cobrarse el favor, y aparece justo cuando el trabajo está finiquitado. Un personaje del todo indeseable, con pésimo gustos para las chaquetas.
Espero que el acertijo haya puesto en marcha ciertas zonas oxidadas e infrautilizadas de vuestros cerebros. A ver si para la próxima cosa no espero tantos días (aunque es más un reto personal que una demanda popular, claro está). Hasta lueguito.

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