sábado, 6 de octubre de 2012

Otra paparruchada de Medicina

Estos dibujillos los hice hace como unos tres años. Tuvieron un montón de éxito. Gustó por lo menos a tres personas. Son interpretaciones literales (es decir, ñoscos sin gracia) de los nombres de dos nervios de nuestro cuerpo. Los nombres son de verdad, no son juegos de palabras ni nada. Podría buscar por qué se llaman así, pero no voy a hacerlo porque son ya las muy tarde y no quiero soltar un rollo como un piano así por las buenas.
El primero de los nervios es el genial nervio vago, el más largo del organismo, que es el décimo par craneal (par porque hay dos, craneal porque viene del cráneo y décimo porque es el número diez, supongo; jamás lo habríais averiguado). 


El nervio vago pertenece a la nueva generación Ni-Ni y sus padres no saben ya qué hacer con él.
Otra cosa de Medicina es el reflejo vaso-vagal, que pasa cuando tocas el nervio vago a alguien (normalmente en alguna operación o algo; si le tocas el nervio a un tío por la calle, mal asunto, porque probablemente esté muerto). Pues eso, que pasan unas cosas muy malas, como que te baje la frecuencia cardíaca y te vayas al cielo (o al infierno si eres ateo). Según mi loca loca cabeza, el reflejo vaso-vagal es así:


Ahora que habéis parado de reír a carcajadas, viene el segundo nervio: el nervio patético. Me acuerdo de Neuroanatomía de 2º que era el cuarto par craneal y que iba al ojo, y allí hacía cosas nerviosas. Por supuesto, yo tenía que hacer un dibujo de eso y lo hice en una clase de no sé qué mientras dábamos no sé cuántos. Pues aquí llega:


Como veis, el nervio patético hace honor a su nombre. Es lo que va siendo un puto tonto del culo que va haciendo el ridículo allá donde vaya, como los políticos españoles Cletus de los Simpsons.
Espero que no hayáis aprendido mucho, y si lo habéis hecho, olvidadlo pegándoos con el pico de la mesa en la región hipocampal de vuestro vulnerable cerebro.


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