Ay, estos niños actuales, menudo petardeo. Supongo que es porque me estoy haciendo viejo ya a mis 22 años, aunque yo empecé a ser viejo a partir de los 14 años. Yo a la edad de estos niños tenía respeto por mis mayores, no estos idiotas que bordean a profesores, padres, abuelos, tíos, policías, presidentes de diputaciones provinciales... Encima, por si acaso, colmémoslos de premios y regalos, claro que sí, que se lo merecen. A sus 3 años han realizado innumerables actos heroicos que hay que recompensar. Que sí, que vale, que a mí no me ha faltado nunca de nada (aunque no tuve el castillo de Playmobil), pero no sé, tenía límites ("cada vez que te llame la atención, una semana sin jugar a la Nintendo", palabras de mi madre; llegué a las cuatro semanas, pero sólo estuve tres porque me hice un esguince en el tobillo y daba mucha pena; pero vamos, que yo creo que ese día mi madre estaba de malas y la pagó conmigo, porque no me porté fatal, no bien, pero tampoco fatal; me porté normal). Luego llegué a una edad en la que a los límites les fueron dando progresivamente. Estos niños de ahora son enchufados directamente a la consola para que no incordien. Sí, es el camino fácil, pero se vuelven dependientes y no hacen otra cosa (ni comen siquiera), y luego, si están cinco minutos sin verla, les aparece un síndrome de abstinencia brutal, con sudores y aspavientos y episodios de agresividad y depresión.
A continuación, dos de mis primos con sus problemas de adicción a las nintendrogas.
Son buenos chicos. Respetan a sus mayores (a veces) y no la montan (a veces), pero tienen una seria lesión cerebral, ocasionada por el continuo bombardeo de imágenes y pitiditos agudos. Claro, que de vez en cuando te gustaría meterles una buena guantá, pero te resistes. No creo que pegar a los niños sea una parte de una buena educación, pero una colleja a tiempo te ahorra disgustos y los deja avisados para la próxima. Mis padres no me pegaban en exceso (a lo mejor no me acuerdo porque me dejaban inconsciente después de las palizas) y no he salido tan mal, sólo algo tocado del ala.
Pues eso, como resumen, que los niños de ahora me caen casi todos fatal, que tienen de todo sin esforzarse ni una mierda, que están todos asalvajados y que no hay que pegarles, hay que usar el terror psicológico con ellos. Seré un buen padre. Adiosssss.
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