¡Hola! Últimamente no me ha pasado nada digno de mención, así que no voy a hacer el imbécil y escribir por escribir. ¿O sí? Venga. Pues ayer estuve de guardia y, por gilipollas, me quede encerrado en uno de los despachos de la planta. Eché la llave por dentro y, cuando quise salir, TACHÁN, la muy cabrona no giraba. Al principio pensé: "bueno, pues me quedo aquí el resto de la guardia y tan pancho", pero enseguida vi que no era una opción adecuada. Tuvo que venir un señor muy competente de mantenimiento y reventar a extintorazos la puerta. Me sentí como una damisela en apuros que aguarda en lo más alto de la más alta torre a su noble caballero Shrek (sin desprestigiar a mi salvador).
Y después de este lamentable episodio de mi vida, al tajo.
Hoy traigo una de esas cosas que a mí tanto me gustan: el literalismo, esa corriente de pensamiento moderno fundada por mi persona y que no cuenta con ningún adepto. Pues la cosa esta consiste en interpretar literalmente frases o expresiones para darles un toque graciosete (aunque no siempre lo consigo). El dibujito de hoy une la Medicina y las Matemáticas, que lo disfrutéis.
No sé que estarán calculando, puesto que los símbolos que he dibujado en la pizarra no tienen sentido alguno, pero quedan chulos. A mí las Mates eran una cosa que me gustaba, incluso he llegado a dar clases a algún familiar (sin recibir prestación económica, solo gratitud y sentimiento de satisfacción altruista, aunque con gratitud no se pagan mis caprichitos).
Bueno, a ver si se me siguen ocurriendo gilipolleces por el estilo. Seguramente sí. Ayió.