viernes, 26 de abril de 2013

E-mails en cadena

Cielo Santo. Más de cuatro meses sin publicar absolutamente nada, sin dar señales de vida internetiles. Pero bueno, tenía miles y miles de motivos (lo de siempre: prácticas, exámenes, mucho tiempo que recuperar de sueño, reuniones con los demás miembros de la aristocracia, etc.). Pido perdón encarecidamente. Estoy muy, muy arrepentido de mi conducta negligente y despreocupada hacia mi público (no sé si por aquí se nota el sarcasmo). Bueno, como me estaba dando muy fuerte el mono de dibujar y despotricar, he hecho un alto en los estudios y he puesto mi imaginación a darse un buen paseo, puesto que se lo merecía después de haber sido sustituida por una aburrida y solemne responsabilidad. Los últimos apuntes que he estudiado han hecho la mella suficiente para que los llenase de diversos y divertidos dibujillos de Arrancao y demás personajes locos (que aparecerán aquí en un futuro más o menos próximo), para hacerlos más amenos.
En esta ocasión, empiezo otra etapa destripando con saña a esas "personas" que gustan de enviar correos en cadena incesantemente, rozando el límite entre la normalidad y el trastorno obsesivo-compulsivo, llenando la vida de sus contactos de alegría y paz interior. La siguiente historia está protagonizada por Leopoldo, un hombre completamente normal pero con un pecado mortal: tiene a Baldomero de contacto en el correo electrónico, un tiparraco que pasa su tiempo libre mandado correos de "descubre a Jesús", "pasa un maravilloso día" y mierdas así hechas con Power Point, con sintonías bellísimas y fotos de paisajes que no tienen nada que ver con lo que sale, acompañadas de amenazantes mensajes hacia ti, tu madre o el resto de tu familia. A continuación, ilustro el día en que Leopoldo no pudo más:


Cualquier persona que no haya recibido alguno de estos correos pensará que Leopoldo se pasó tres pueblos con Baldomero, pero esa persona estaría profundamente equivocada. En todo caso, Baldomero fue puesto de alta tras la extracción por laparotomía y no sufrió ninguna complicación seria. Eso sí, se dio de baja en todas sus cuentas de Internet. Malos recuerdos.
Bueno gente, ni se os ocurra enviar mensajes malvados por estos lares. Nunca se sabe quien puede tener un brote psicótico de los buenos.

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