A pesar de que la "música" actual no es del todo de mi agrado, de vez en cuando tengo puesta la radio en el coche, hasta un punto en el que todas las cadenas que coge mi coche (las tres) están poniendo absoluta y putrefacta basura. Pero sin duda, la "música" no es lo peor que echan por la radio, no señor. Lo peor de la radio son los anuncios. ¡Pero qué puto asco, Dios Santo! Voces sobreactuadas, que finalizan las frases alargando las vocales, a veces demasiado felices para la ocasión, cazurros hablando de gilipolleces que no vienen a cuento, canciones de fondo totalmente horribles y que no entran en concordancia con lo que publicitan y demás enervantes estupideces. Sin embargo, hay un anuncio que es, con bastante diferencia, el peor que he escuchado en toda mi vida. Dad gracias al señor los que no seais de mi querida ciudad Badajoz, puesto que sólo se oye aquí, desgraciadamente para mis convecinos. Se trata de un engendro publicitario que tiene como protagonista un niño. Este hijo de Satanás presta su voz a la promoción de la pollería de su abuelo (un inciso: las pollerías de Badajoz son propiedad, en su mayoría, de los testigos de Jehová o de portugueses, con excepciones, claro; es sólo una curiosidad que me apetecía poner aquí, que para eso es mi Blog). El caso, el niño vende "loh polloh de su yayo" con un acento pacense claramente cerrado aposta, bajo coacción de su yayo, supongo. La voz del espontáneo y salao niño se te clava directamente en el cerebro, haciendo que te entre una mala hostia por dentro que te gustaría liberar en forma de violencia incontrolada contra el niño y su yayo. Lo único que ha conseguido este anuncio ha sido miles de accidentes de coche, diversos lances y bregas y odio incondicional hacia el niño, al abuelo, los pollos, las pollerías y a compartir la misma nacionalidad que ellos (no los pollos, sino el "publicista" y su querido nieto). Y éste es uno de los planes que se me pasaban por la cabeza cada vez que ponían el puñetero anuncio en la radio:
Soy un chico con bastante paciencia (mi familia es tan graciosa que diría que es todo lo contrario), pero que no me busquen que me vuelvo tó loco. A todo esto, no tengo nada personal contra Pollos San Roque. Es sólo que su anuncio es un gran puta mierda donde las haya. Espero que el negocio les vaya muy bien y que no reciban muchas denuncias por parte de los radioyentes. Pasad buen puente.
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