jueves, 19 de mayo de 2016

Expresión estrambótica

Una de las cosas que hago durante el día es analizar e imaginar gráficamente frases, muletillas y demás cosas verbales con las que me voy topando. Y aprovechando mi genial trazo a la hora de representar estas expresiones, pues relleno unas cuantas entradas para el blog este dichoso. Algunas expresiones no tienen mucha chicha, o simplemente son difíciles de ser plasmadas en un dibujo, por lo que por aquí pasarán solamente las que provoquen risas mil o las que me apetezcan porque sí. Y después de esta explicación que lo mismo no hacía puñetera falta, ahí vamos con el frasecilla que nos atañe.
Y esta frase es: "¿¡QUÉ NOSEQUÉ NI QUE POLLAS EN VINAGRE!?". Una frase por todos conocida (supongo). Yo al menos la he oído en más de una ocasión. ¿Y qué quería expresar el primer tío que la usó? ¿En qué podría haberse inspirado? ¿Había pollas en vinagre por aquella época, en plan conservas caseras? Me temo que nunca lo sabremos, porque buscar en Google el significado y el origen de esta expresión sería una ardua tarea. El caso es que unas pollas en vinagre vendrían a ser algo así.


Explícito, no se puede negar. Nepomuceno es famoso en su pueblo por preparar con total dedicación estas pollas en vinagre, cuya receta ha ido transmitiéndose de generación en generación, desde su tataratatarabuelo, que aprovechó estas delicias que abundaban por su zona y las convirtió en manjares que ayudaron a soportar los tiempos de desabastecimiento y malas cosechas. Es mentira.
Otras versiones de esta frase serían "¡... ni qué niño muerto!" (difícil su representación sin herir la sensibilidad de muchos) o el cambio de género que hacen las madres "¿¡Qué moto ni qué mota!?".
Disfrutad de la visión de estos miembros cercenados y cuidadito con lo que decís por ahí, no sabéis si habrá alguien analizándoos.

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