Mañana se celebra durante todo el día un acontecimiento que a todos los estudiantes de Medicina de Badajoz encanta y deleita (menos a mí, mi novia y algún otro bicho raro). Se trata de la Fiexxxta de Sexto, una oda a la cultura del alcohol y la promiscuidad. Sí, los estudiantes de Sexto, por lo que tengo entendido, invitan a sus compañeros de carrera a una orgía de bebidas espirituosas a mansalva y de refregoteo sin límites porque son todos unos altruistas con un gran corazón. A lo mejor soy un raro, pero no me gustan estas fiestas sexuales y alcoholizadas, además de verlas un poco ilógicas e irónicas, puesto que futuros médicos proporcionan unas excelentes intoxicaciones etílicas no muy recomendables. Suceden en estos eventos cosas extrañas, como líos de faldas en las diversas sectas que hay dentro de la carrera, bailes un tanto exóticos (con componente sexual, por supuesto) y fumaciones de puros en masa (no sé de dónde demonios salen los puros, pero todos los llevan; no sé si con la ley no están permitidos ya). Pues sí, yo fui en Segundo a la preciosa Fiexxxta. Fui con mi novia y estuve como una hora, de 8 a 9 de la noche, porque como soy muy raro (ya lo he dicho varias veces) empecé a ver cosas que molestaban sobremanera al sustrato neurobiológico encargado de la valoración ética y moral de mi cerebro. Sí, vi personas que yo creía que eran sanotas bastante borrachas, liándose sin ton ni son con compañeros con los que a lo mejor habían cruzado tres palabras durante el curso, me abrazaba gente con la que no había tenido contacto apenas (por cierto, no me gusta que me toquen en exceso; sólo permito a un selecto grupo de gente que me toque), hacía un calor sofocante, el suelo estaba pegajoso, olía a aire enrarecido con radón o algo por el estilo, había gente sudorosa y gritando por todos lados, la música dejaba mucho que desear (claro que, no vas a poner canciones de suicidarse de Coldplay en una discoteca, que ésas sí que me molan). Otra cosa de la Fiexxxta de Sexto que me encanta es la publicidad que se hace de ella: carteles promocionando el sexo libre, la abundante ingesta de alcohol, el parrandeo más excesivo y la vida sana en general, por lo que animan a la gente a ir a la Fiexxxta con esos únicos propósitos. Y eso puesto por toda la Facultad, con lo señores exquisitos catedráticos juzgándonos a todos por igual, cosa que me molesta también. Y ya que estoy y soy muy mala gente, pues yo también voy a hacer carteles de promoción de la Fiexxxta, pero un poquito a mi estilo sarcástico que a todo el mundo irrita y haciendo un poquito de contrapublicidad, que es publicidad al fin y al cabo. Y, a continuación, los seis carteles de mi cosecha, espero que os quiten las ideas de acercaros a esa aglomeración de gente sedienta de sexo y ganas de pillarse un ciego, como dice la gente joven:
¡Jajaja! Pero qué risa me hago. Bueno, pues ésta es más o menos la imagen que tengo de la cosa esta según los carteles promocionales de la Facultad, mi poca experiencia en ella, el vídeo promocional del Twitter (el cual recomiendo encarecidamente que veais) y los chismorreos que son contados en mi presencia.
Pues se acabó mi relato sobre la Fiexxxta de Sexto, un acontecimiento incomprensible para mí, pero que no me importa que los demás hagan lo que les parezca bien. Esto es, como casi todo lo que escribo, una enorme e intrincada broma tejida por mi cerebro. Que nadie se lo tome a mal y si se lo toma a mal, pues que se emborrache en la Fiexxxta y que se olvide del asunto, que yo no me tomo a mal que me cataloguen como un sosainas mojigato y pelagatos (cosa que no es verdad, que yo soy un tío gracioso y eso, aunque nadie lo sepa).
Hala, que disfrutéis de vuestro viernes como queráis, ya sea totalmente ebrio, teniendo prácticas sexuales con 20 personas al mismo tiempo o poniéndoos el pijama y la bata y estar escribiendo en un Blog totalmente aislado del mundo y medio a oscuras dejando a la altura del betún a ciertas personas. Que os vaya guachi.
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