sábado, 24 de noviembre de 2012

Esencia humana

Es de todos conocida la incómoda sensación que produce el cartel de "NO TOCAR", sobre todo si está colocado sobre algo que, aún viviendo a él pegado, no amenazaría nuestra existencia o la de otros seres vivos de nuestro alrededor. Va en nosotros, los humanos. No nos gusta que nos limite un estúpido cartel que encima ha sido puesto por otro semejante que se cree con derecho a obligarnos a obedecer sin rechistar sus órdenes. Basta con poner un letrero de "NO TOCAR" o "PROHIBIDO PASAR" para que los Homo sapiens sapiens (un apelativo bastante humilde por parte de los antropólogos) toquemos o pasemos. Muchas muertes han acontecido a lo largo de la Historia por culpa de esa sensación de malestar que acaba convirtiéndose en rebeldía, como obviar las señales que nos avisan de que va a pasar el tren o el dibujo de un tío atravesado por un rayo en ciertas puertas metálicas que hay esparcidas por nuestras urbes. Claro que, hay casos que son todavía más peliagudos:


Un consejo: ante un cartel que cuestione vuestra inteligencia y vuestra capacidad de decisión, analizad la situación: ¿desobedecerlo pondría en peligro mi vida?,¿pondría en peligro a familiares, amigos y vecinos?,¿acabaría antes la legislatura de Rajoy?, etc. Si analizándola encontráis más ventajas que inconvenientes mortales, pues hala, a quebrantar las leyes como posesos.
No muráis por tonterías, no quiero quedarme sin seguidores.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Historias de Arrancao: Antena 3

¡Yujuuuuu! El esperado regreso de Arrancao, nuestro cabronazo favorito. Qué buenos momentos nos hace pasar. Bien, pues hoy Arrancao vuelve pisando fuerte planeando una buena putada a nivel nacional, como debe ser. Esta historia tiene ya unos años, cuando Antena 3 escalaba hasta los puestos altos de las cadenas de televisión. Sí, el altruista permitió que Arrancao se colara en la cadena, proponiendo unos intermedios entre y durante los programas que, al rellenarse con preciosos y útiles anuncios, proporcionasen grandes sumas de dinero a los accionistas y directivos. Éstos aceptaron sin condiciones (cosa que ya predijo Arrancao, confiando en la avaricia y ambición excesivas de ambos colectivos), dejando un innecesario y exasperante regalo a los televidentes.


Miles de suicidios por una decisión tomada a la ligera. Aunque claro, la programación de Antena 3 (quitando Los Simpsons), no vale una caca, así que eso de los anuncios de mil años pues no se lleva especialmente mal. Lo que de verdad molesta es que los anuncios de Antena 3 (que no sé por qué tienen que concordarse con los de sus otros canales) corten las series de Neox en momentos críticos, como cuando van a decir cosas de vital importancia o cuando al capítulo le quedan 20 segundos para terminar, y encima para venderme cosas que no voy a comprar, como coches de 20.000 € o ropa interior de mujer (que no tienen de mi talla). Pues eso, que los de Antena 3 son unos cacho cabritos y que destrozan vidas y familias enteras. Ah, y El Barco es una mierda y Mario Casas hace que su padre Steven Seagal se avergüence de él cada vez que lo ve en la tele "actuando".

Trabajar más que un negrero

He aquí otra de las extrañas frases de mi querida novia que, al parecer, es una expresión dicha exclusivamente en su casa, por lo que tiene entendido. Choca la frasecita puesto que, aparte de que la frase  (al menos para mí) más conocida es "trabajar como un negro", ¿de verdad trabaja (o trabajaba) tanto un negrero?¿Se dejaban los brazos en las galeras o en los campos de algodón de tanto pegar latigazos a mala leche a los pobres esclavos que, por supuesto, no estaban allí por gusto? No sé, lo mismo sí. Lo mismo trabajaban incluso más que las víctimas de sus azotes, mezcla de ira, xenofobia, racismo y falta de apego durante su infancia. Y ya que la frase no tiene más miga y que la entrada quedaría sosa si no le añado una de mis obras de arte hechas a lápiz en 10 minutos, pues aquí llega la esperada ilustración:


Pobre negrero: tanto esfuerzo físico por una nómina insuficiente, una jornada poco gratificante y con muy pocas oportunidades de ascenso o asociación sindical. Un grupo muy infravalorado estos fomentadores del trabajo ajeno. Que lo paséis bien.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Fiexxxta de Sexto

Mañana se celebra durante todo el día un acontecimiento que a todos los estudiantes de Medicina de Badajoz encanta y deleita (menos a mí, mi novia y algún otro bicho raro). Se trata de la Fiexxxta de Sexto, una oda a la cultura del alcohol y la promiscuidad. Sí, los estudiantes de Sexto, por lo que tengo entendido, invitan a sus compañeros de carrera a una orgía de bebidas espirituosas a mansalva y de refregoteo sin límites porque son todos unos altruistas con un gran corazón. A lo mejor soy un raro, pero no me gustan estas fiestas sexuales y alcoholizadas, además de verlas un poco ilógicas e irónicas, puesto que futuros médicos proporcionan unas excelentes intoxicaciones etílicas no muy recomendables. Suceden en estos eventos cosas extrañas, como líos de faldas en las diversas sectas que hay dentro de la carrera, bailes un tanto exóticos (con componente sexual, por supuesto) y fumaciones de puros en masa (no sé de dónde demonios salen los puros, pero todos los llevan; no sé si con la ley no están permitidos ya). Pues sí, yo fui en Segundo a la preciosa Fiexxxta. Fui con mi novia y estuve como una hora, de 8 a 9 de la noche, porque como soy muy raro (ya lo he dicho varias veces) empecé a ver cosas que molestaban sobremanera al sustrato neurobiológico encargado de la valoración ética y moral de mi cerebro. Sí, vi personas que yo creía que eran sanotas bastante borrachas, liándose sin ton ni son con compañeros con los que a lo mejor habían cruzado tres palabras durante el curso, me abrazaba gente con la que no había tenido contacto apenas (por cierto, no me gusta que me toquen en exceso; sólo permito a un selecto grupo de gente que me toque), hacía un calor sofocante, el suelo estaba pegajoso, olía a aire enrarecido con radón o algo por el estilo, había gente sudorosa y gritando por todos lados, la música dejaba mucho que desear (claro que, no vas a poner canciones de suicidarse de Coldplay en una discoteca, que ésas sí que me molan). Otra cosa de la Fiexxxta de Sexto que me encanta es la publicidad que se hace de ella: carteles promocionando el sexo libre, la abundante ingesta de alcohol, el parrandeo más excesivo y la vida sana en general, por lo que animan a la gente a ir a la Fiexxxta con esos únicos propósitos. Y eso puesto por toda la Facultad, con lo señores exquisitos catedráticos juzgándonos a todos por igual, cosa que me molesta también. Y ya que estoy y soy muy mala gente, pues yo también voy a hacer carteles de promoción de la Fiexxxta, pero un poquito a mi estilo sarcástico que a todo el mundo irrita y haciendo un poquito de contrapublicidad, que es publicidad al fin y al cabo. Y, a continuación, los seis carteles de mi cosecha, espero que os quiten las ideas de acercaros a esa aglomeración de gente sedienta de sexo y ganas de pillarse un ciego, como dice la gente joven:







¡Jajaja! Pero qué risa me hago. Bueno, pues ésta es más o menos la imagen que tengo de la cosa esta según los carteles promocionales de la Facultad, mi poca experiencia en ella, el vídeo promocional del Twitter (el cual recomiendo encarecidamente que veais) y los chismorreos que son contados en mi presencia.
Pues se acabó mi relato sobre la Fiexxxta de Sexto, un acontecimiento incomprensible para mí, pero que no me importa que los demás hagan lo que les parezca bien. Esto es, como casi todo lo que escribo, una enorme e intrincada broma tejida por mi cerebro. Que nadie se lo tome a mal y si se lo toma a mal, pues que se emborrache en la Fiexxxta y que se olvide del asunto, que yo no me tomo a mal que me cataloguen como un sosainas mojigato y pelagatos (cosa que no es verdad, que yo soy un tío gracioso y eso, aunque nadie lo sepa).
Hala, que disfrutéis de vuestro viernes como queráis, ya sea totalmente ebrio, teniendo prácticas sexuales con 20 personas al mismo tiempo o poniéndoos el pijama y la bata y estar escribiendo en un Blog totalmente aislado del mundo y medio a oscuras dejando a la altura del betún a ciertas personas. Que os vaya guachi.

Situación violenta

Jope, tío. Menuda sequía hay en el Blog. Es que he estado liado con cosas como pertenecer a un selecto jurado de valoración de películas médicas (no tengo ni puñetera idea de por qué el profesor al que también invitaron pensó en mí) y con el cumpleaños de mi queridísima novia que, a pesar de tener ya la friolera de 22 añazos no tiene ni una arruga apenas. No, en serio, tiene la piel tan tersa que me produce una envidia sana pero biliosa. El caso, que no he tenido tiempo material para hacer cosas para mi cosa de Internet (éste es un mensaje para una amiga que me atosiga de sobremanera con la sequía; espero que se dé por aludida). Bueno, después de soltar esta parrafada sobre mi vida que supongo que no interesa a nadie una puta mierda, os cuento una situación bastante incómoda que, si no os ha pasado ya, os pasará en un futuro no muy lejano. Quedarse solo en casa mola, porque puedes hacer cosas que no podrías hacer con gente delante, como sentarte desnudo en el sofá sin motivo alguno. La situación es la siguiente:


Ante este contratiempo hay diversas soluciones,que cada uno use su propio método, pero hay que recordar que no será un plan muy higiénico. Willibrordo, el protagonista de nuestra historia, usó la esponjita de su hermano pequeño, la cual quedó completamente inservible, por lo que volvió a dejarla en su sitio. Claro, que lo suyo sería tener rollos de papel de emergencia por los alrededores (los alrededores son sitios estratégicos a los que puedas acceder sin levantarte de la taza) o simplemente un almacén de rollos puestos en el cuarto de baño al tuntún. Bueno, esto son cosas de las que te acuerdas, las cuentas y te echas unas risas, bajo la presión que te produjo la vergüenza del ridículo en su momento. Bueno, que me voooyyyyy.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Crítica constructiva a anuncios

Si hay algo que consigue enervarme hasta tal punto que se me hincha la vena en forma de "Y" de mi frente por los improperios que me obliga a vociferar, esto es la publicidad. En serio, ¿tanto cuesta hacer anuncios que no atenten contra la moral o los sentimientos de las personas normales?¿De verdad creen que contratando a gente como Paquirrín o Belén Esteban hacen que se me cambien algunas conexiones neuronales para que vaya a comprar productos que no necesito? No me gusta la publicidad, aunque hay algo que sí me agrada de ella: poder criticarla. Odio en especial los anuncios protagonizados por niños que contestan a sus padres de la forma más espontánea y supergraciosa que a 20 guionistas se les ha podido ocurrir o por preadolescentes tós molones que comen cosas normales pero es guay porque las comen saliendo por la tele y llevando ropa de rapero toa molona. Y luego están los anuncios de índole sexual que no anuncian cosas de índole sexual, como cierto almacén de muebles (Ikea) o cierto quitagrasas para las cocinas (KH7). Yo me sorprendo cuando sale un anuncio de preservativos (llamados caramelos por mi abuela en su explicación a sus nietos más pequeños) en el que aparecen cosas sexuales. Si doy las marcas es para hacer un poquito de contrapublicidad, pero que no lo hago a mala leche, sino como crítica constructiva, que ya lo he puesto antes en el título, para que sepan que hay un sector de la población (compuesto por mí) al que no le gusta su publicidad.
Cuando veo algún anuncio que me descoloca por los argumentos anteriormente expuestos, no puedo evitar imaginarme cómo serían esas situaciones en la realidad o finales alternativos o secuelas, casi todas macabras, con tintes de pedofilia (como el oso polar raro de Seguros Santa Lucía) o relacionados con caca y cosas por el estilo.
Y para empezar esta serie de catastróficas críticas por parte de moi, un destrozo de un anuncio protagonizado por un niño que se cree muy listo y muy gracioso, pero que le sale el tiro por la culata:


Lo que le pasa al niño es que es muy tonto. Se merece eso y más. Yo no sé cómo a alguien se le puede ocurrir contestar a su madre con una bordería cuando te está echando una bronca. Yo alguna vez hice amago de bordear a mi madre y ella me respondió con una serie de cosas que no puedo citar porque le quitan mi custodia. No, en serio, no me acuerdo de que mi madre me hiciese cosas dañinas (tal vez porque me dejaba sin conocimiento).
Pues eso, que cuando veáis la tele despotricad cuanto podáis de los anuncios con los que bombardeen vuestras frágiles membranas cerebrales (si queréis ver muuuuuuuuuuuuuuuuuuchos anuncios, id directamente a Antena 3; qué cabronazos). Hasta prontillo.

Dos buenos consejos

Empiezo la semana con un toque optimista y feliz, con una sensación de que todo va a ir bien, porque no tengo malditas prácticas (ya lo estoy celebrando con mi característica euforia). Bien, como puede leerse en el título de la entrada, voy a obsequiar al mundo con dos excelentes consejos que irán bien a todo aquel que los acepte (no a rajatabla, que un poquito de riesgo o de bajona de vez en cuando no hace excesivo daño a nadie). Claro que, no os voy a poner los consejos con palabras, no. Yo no soy así. Yo soy más de hacer pensar con mis ilustradas ilustraciones. Ahí va el primer consejo:


Que no os dé pena el niño hoguera, que no existe en realidad. Y aquí el segundo consejillo:


Éste viene muy bien en esta época, porque, al menos en Badajoz, hay unos días grises últimamente que le quitan a uno las ganas de darse un voltio por ahí. Yo particularmente sigo mucho este consejo desde que salí de aquel alienante antro al que solía llamar instituto.
Bueno, que los dibujos no están muy enrevesados y se sacan muy fácilmente. Si no podéis resolver estos intrincados acertijos, visitad a vuestro neurólogo favorito. Hala, adiós.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Historias de Arrancao: el champagne

Arrancao vuelve a hacer de las suyas. Es un maestro de la interpretación y del engaño, por lo que no le cuesta nada embaucar a su última víctima. Es una lástima que haya tanta gente que confíe en la bondad congénita del ser humano. Allá va:


Otra vez Arrancao vuelve a sus cabronadas. Espero que nunca cese su maldad, porque la verdad es que son un filón para el Blog. Que os vaya bien y nunca jamás arranquéis personas hechas con palitos del suelo, paredes, techos, etc. Hasta prontillo.

Síntomas acentuados

Apuesto a que también echabais de menos las paridas humorísticas sobre Medicina. ¿No? Pues me resbala vuestra opinión. Esta supermegaparida la dibujé (¿a que no adivináis dónde?) en una clase de Pediatría. El caso es que Pediatría me gusta, pero las clases eran alienantes y desesperantes. En esta ocasión viene de la mano (por supuesto) de mi clásico humor literal. Dad la bienvenida a la última tontería que he rescatado de lo más profundo de mi anárquico cerebro.


Ay, una buena carcajada lo deja a uno tan reconfortado como terminar de hacer caca pegar un buen trago de agua después de un intenso partido de tenis.

Otra entrega de refranes y dichos (lo estabais deseando)

Pues sí, hoy vienen dos nuevos miembros de mi familia refranera, dichera y frasera. Como de costumbre, son dos frases que me gustan mucho (no voy a meter cosas que no me gustan, a parte de cosas de canis). La primera es una que me solía decir mi madre, porque yo de pequeño me aburría mucho (PISTA), porque  yo era un niño muy necesitado de estímulos visuales y de desbordar su imaginación mediante gritos y golpes de muñecos entre sí (vamos, como con mi edad actual). Ahí va la ilustración. Espero que no esté muy difícil.


El tío parece buena gente. Y ahora la segunda. Es una frase que podría aplicarse a España, pero nuestro querido líder Rajoy está tan ciego como los demás españoles (o incluso más; esto ha sido una PISTA).


No, no es el saludo nazi. Además de que el saludo nazi es con la derecha, se ven líneas de movimiento alrededor de la mano del homólogo de nuestro Juan Carlos I "el paquidermófobo" (esto es de broma y el rey no se lo toma a mal, que me lo dijo el otro día). Bueno, que os vaya bien y votadme en las próximas elecciones.

Nueva muestra de humor literal

No hay muchas cosas que me hagan reír a carcajadas, puesto que soy un tío lo que se dice serio (próximamente dedicaré una entrada a esta cualidad mía tan preciada), pero el humor literal suele sacarme una sonrisilla de vez en cuando. Y ya que a mí se me ocurren mil situaciones humorísticas empleando el humor literal, pues me hago gracia a mí mismo. Por supuesto (como ha venido siendo costumbre), se me ocurrió en una de las didácticas clases de Pediatría, que, con sus divertidos datos, fomentó mi faceta artística. Espero que disfrutéis con mi estrafalaria visión del mundo. Hasta dentro de un rato.


En efecto, estoy bastante mal de la cabeza, pero lo reconozco y no me importa :).

jueves, 1 de noviembre de 2012

Top 5 de recetas más suculentas del comedor escolar

Una experiencia que contribuyó al desarrollo de mi personalidad algo alocada y antisocial fue mi paso por el comedor de mi colegio, un lugar donde los padres sin escrúpulos abandonaban a sus hijos a merced de unas cocineras sin piedad que preparaban las comidas más atroces y venenosas que ni el más malvado de los seres (Arrancao, por ejemplo) podría jamás imaginar. Por si acaso, yo era de los pocos de mi curso que se quedaban, por lo que me sentía aislado en un mundo comprendido casi exclusivamente por niños de otras edades y de otros gustos. Pero lo mejor de todo fue que pasé al instituto y seguía yendo al comedor de mi colegio, porque ya que estaban el uno pegado al otro pues me quedaba otra hora más esperando a que mi madre nos recogiese a mi hermana y a mí, mientras saboreaba aquellos manjares que no se parecían en nada a los que hacían en mi casa, a pesar de llevar los mismos nombres. Claro que, toda esta parrafada que estoy soltando es fruto de una exageración y un rencor hacia mis padres que sólo el tiempo podrá curar. Algunos días ponían comida que se podía comer y el día de las vacaciones de Navidad y de verano llamaban al Telepizza para sobornarnos y que volviéramos al curso siguiente.
Lo que hoy me ocupa es una lista de los cinco mejores días que pasé en el comedor de mi querido colegio, cinco días en los que pude vomitar, intoxicarme y sufrir un shock anafiláctico si no fuera porque todos los allí presentes estábamos igual y nos dábamos apoyo. Pues ea, ahí va el Top 5 (empezando por el 5º, así se crea más expectación):

-5. Ricos spaghetti pegados de 10 en 10: pues sí, parece ser que ese día dejaron cociendo los spaghetti como unos 5 segundos, porque estaban duros y formando unos mega spaghetti del grosor de una vena del brazo de un culturista. Daban muy mal rollo, parecía que se estaban uniendo ellos solos en un intento de tomar el colegio, reptando hacia las salidas para bloquearlas. Y aquí mi cara de estupefacto al imaginarme cómo unos spaghetti gigantes llevarían el colegio (seguro que mejor que el director de por aquel entonces):


-4. "Ensaladilla rusa": mira que a mí la ensaladilla rusa me gusta, pero lo de aquel día fue criminal. No puede llamarse ensaladilla rusa a un montón de judías verdes y guisantes recién sacados de un cubo de la fregona con un poco de mayonesa por encima. Recuerdo perfectamente los gritos agónicos de los niños que morían poco a poco del asco.


-3. Menestra de tabaco: sólo por el nombre ya te imaginas cómo va a saber, pero claro, en el menú ponía que había menestra de verduras. Vale, la menestra no era la comida más popular, pero ese día lo petaron con un nuevo ingrediente: rico y saludable tabaco. Ya ibas de mala gana a comerte la maldita menestra, pero si encima sabía como si 100 banqueros hubieran echado el humo de sus puros sobre las patatas, pues peor me lo pones. Supongo que se les fue la mano con lo que ilustro a continuación (que a mi suponer, era una práctica habitual, pero de menor calibre):


-2. Pez espada a la gasolina: y diréis: "uy, pez espada, uy, tiraron la casa por la ventana con ese sabroso pescado". Sí, se gastaron las perras en el pez espada, no digo que no, pero ya que estaban, podrían haberlo hecho bien y haberlo cocinado con aceite y no con súper 95. Ese día también se oyeron muchos gritos de desesperación y quejidos por parte de los allí presentes. Yo creo que les gustaba vernos sufrir.


-1. "Sopa de marisco": sin duda, éste fue el plato que más triunfó y que, por supuesto, más llegó a nuestros corazones (por la corrosión de nuestros esófagos). Fue el día que más aullidos y graznidos fueron producidos por las cuerdas vocales de los niños prisioneros en el comedor. No sé quién fue el lúcido, pero sería un experto en torturas de la guerra de Corea como mínimo el que ideó aquella receta. Constaba aquella "sopa" de aguachirri mezclado con lo que sobró de la gran mariscada que se tomarían los profesores el día anterior, porque allí no había ni un mísero trocito de carne marina en buen estado. Sólo se veían rastros de lo que antaño fueron gambas, peces, almejas y diversos miembros comestibles de la fauna marina. Aquella horrible infusión de restos de marisco produjo graves secuelas a aquellos que fueron obligados a comérsela entera. Un minuto de silencio por ellos.


Espero que os hayáis divertido con mis traumas infantiles y que os hayáis partido el ano. Si sois padres, por favor, aseguraos de que el comedor donde dejáis a vuestros vástagos no esté regido por una serie de psicópatas que hagan experimentos que atenten sobremanera contra la moral y la ética. Que luego no digáis que no os avisaron. Atentamente, un superviviente del comedor escolar que aguantó durante 6 años sin sufrir vólvulos ni estallidos intestinales (no por falta de oportunidades).