lunes, 12 de octubre de 2020

Promesas vacías

¡Madre mía, qué abandonaíto tengo esto! Más de un mes sin subir ni un mísero chistecito. Escribo como si alguien echara de menos mis desvaríos (tal vez mi tío Juanda, al que mando un besito), así me motivo un poquito más.

Pues aquí estamos, en el día de la Hispanidad, celebrándolo con un merecido descanso después de barrer el piso y con mi querido agapornis Jacob mordiéndome un lunar del cuello. Planazo.

Hoy traigo una frase que no pertenece a ningún refranero ni compendio de sabiduría rural. Es una frase que todos hemos pronunciado alguna vez con total impunidad, sin intención de llevarla a cabo ni pagar por las consecuencias de no cumplir con lo dicho. Unas palabras de las que todos conocemos el significado y aún así nos empeñamos en repetir a la más mínima oportunidad. Os dejo que os identifiquéis (o no, lo que queráis).





“A ver si quedamos”. Yo la he dicho alguna vez a sabiendas de que lo más probable era que no iba a ver a esa persona hasta la próxima vez que nos encontráramos por accidente. Supongo que así es la vida, yo la he dicho, a mí me la han dicho y así seguimos avanzando sin un rumbo fijo.

En este caso, Evaristo y Torcuato han hecho honor a su promesa, lo que ha causado tal revuelo que la prensa local y nacional han querido hacer eco de su hazaña. Se baraja incluirlos entre los candidatos por el Premio Nobel de la Paz o en algún premio por la concordia y chorradas por el estilo.

Vaya bajona de repente. Hasta más ver.

martes, 1 de septiembre de 2020

Retahíla de chistes malos, tercera parte

No sé si será la última entrega de esta serie (espero que sí), aunque los chistes malos no van a dejar de aparecer por este vertedero virtual, eso desde luego.

No hay mucho que contar desde la última entrada, solo que me he reincorporado al trabajo después de unas merecidas vacaciones y me quiero morir he vuelto con las pilas más recargadas que nunca. Ya en serio, es buena cosa eso de tener el tiempo ocupado y tener que salir de casa para variar, que el sofá ya estaba empezando a vencerse. Eso sí, ya estoy vigilando en qué caen los próximos festivos.

Pues eso, vamos con la chorrada del día.



En esta ocasión, Fredesvindo tiene todo el derecho a poner su avinagrada cara de amargado. Palemón es un tío muy peculiar y siempre va pisando huevos, no sabemos si por extrema inatención o por una voluntaria ornitofobia. Por culpa de Palemón, Fredesvindo llegó tarde a una exposición de fotos de su tía abuela, aunque finalmente lo agradeció, puesto que eran autorretratos subidos de tono. Menos dinero para el Psicólogo.

Esta frase de "pisando huevos" también la he oído en muchas ocasiones. Suelo tardar bastante al vestirme porque quiero ir tó sexy y mi mujer me echa la bronca. Hay otras versiones, como "ir a paso huevo" o "¡parece que para andar le tiene que pedir permiso un huevo al otro!". La idea de ilustrar unos testículos parlantes me atraía, pero a lo mejor habría resultado algo grotesco.

Bueno, no vayáis pisando huevos que os pilla el coronavirus. Hasta lueguito.


martes, 18 de agosto de 2020

El literalismo causa furor

Vaya, desde que estoy con el Instagram estoy dejando un poco más aparcado este sitio. También puede ser que esté más cansado o menos inspirado para escribir, aunque cuando me pongo van saliendo cositas. El Instagram es más inmediato, subes el dibujito y sanseacabó. Es la rapidez que vamos queriendo todos últimamente (o yo, al menos, lo voy viendo así). Pero me sigue gustando pararme por aquí de vez en cuando y plasmar algunos de mis pensamientos, por si algún día quieren escribir mi biografía y andan faltos de recursos (vaya flipado).

Bueno, pues estoy haciendo bastantes dibujitos últimamente. Tengo pensado desde hace tiempo hacer cómics más largos y elaborados, con alguna historia detrás y bla, bla, bla... Algún día llegarán, aunque no van a llegar solos, eso está claro.

Hoy traigo una muestra más de literalismo. Yo diría que no está mal, pero mi criterio está bastante condicionado.

El fetichismo llevado a su máximo esplendor, supongo. Rosalino se desfasa mucho cuando sale por la noche. Esto le lleva a cometer errores garrafales, como éste. Además de descontrolarse, Rosalino tiende a enamorarse rápidamente. El pie izquierdo se marchó a su casa después de que Rosalino le preparara unas tostadas, sin intención de volver a contactar con su anfitrión. Los whatsapps que mandó Rosalino en la semana siguiente a su encuentro sexual fueron tan lamentables que el pie izquierdo accedió a sus súplicas. Ahora esperan adoptar a su segundo tobillo.

Final feliz, para variar. Hala, hasta más ver.

viernes, 7 de agosto de 2020

Retahíla de chistes malos, segunda parte

Bueno, pues ya terminé la primera semana post-reincorporación y estoy en la mierda, así que me espera un fin de semana con altas dosis de horizontalidad. ¿Y qué mejor manera de empezar el fin de semana escribiendo tonterías pseudointeresantes? Pues seguro que hay mil millones de formas, pero ésta es la que se me ocurre a mí y se puede hacer perfectamente sentado y ligero de ropa.

Como lo de los chistes malos es una cosa que me sale sola, voy a seguir con la serie que empecé hace unas semanas. Y además de que me sale sola, hay un montón de gente que me anima a seguir con mis andaduras por el humor más básico y generador de vergüenza ajena (es cierto que una persona no conforma un montón de gente, pero uno se engaña a sí mismo para animarse). Hala, vamos con la gilipollez.



Fredesvindo es un hombre muy correcto. No le gusta juntarse con gente impetuosa o que no respete a los demás. Por eso, siempre está llamando la atención a sus coetáneos cuando hacen algún comentario fuera de lugar. Por supuesto, sus coetáneos piensan que Fredesvindo tiene un palo metido por el culo y que es un cortarrollos del copón. Cállate de vez en cuando, Fredesvindo de los cojones.

Supongo que mi enfermiza prudencia me evita meterme en berenjenales con asiduidad, pero de vez en cuando no puede uno resistirse y acaba metiendo la pata gravemente. Nada que unos cuantos sobornos no puedan solucionar.


sábado, 1 de agosto de 2020

Regalos que te da la vida

Esto de estar de vacaciones tiene sus problemas, no te creas. Sí, aprovechas todo el tiempo que tienes en cosas trascendentes (nótese el tono irónico), pero sabes que tiene fecha de caducidad, conforme avanzan los días la sensación de una traición provocada por uno mismo se hace más y más patente. Y luego, la vuelta a la realidad más cruda que te puedas encontrar.
Bueno, para animar el cotarro hoy traigo una situación bastante triste en la que creo que nos hemos visto todos en alguna ocasión. Al menos, yo la he vivido alguna que otra vez.


Esos días en los que te fías de tu propia vista en vez de comprobar la previsión del tiempo en el móvil, te asomas a la ventana y sientes un esplendoroso sol bañando tu precioso rostro. Pero el destino te la tiene jurada por aquello que hiciste (sí, eso) y vuelves a casa bien duchadito. A veces el buen tiempo se mantiene unas horas, justo hasta que sales del trabajo o de clase o de dónde quiera que vayas, resultando en regocijo para ti y los demás idiotas que pensaron como tú. Aunque siempre hay un listo que vio en las noticias que iba a llover y saca su magnífico paraguas con una sonrisa de superioridad.
En fin, estos días ni gota de agua. Nuestros 40 graditos diarios no nos los quita nadie. ¡Qué ricos!


martes, 28 de julio de 2020

El "sumiller"

¿Os habéis topado alguna vez con gente muy lista? ¿Tan lista tan lista que tiene conocimientos de todos los temas habidos y por haber a pesar de su evidente falta de experiencia en dichos asuntos? Pues cuidado, porque algún día podéis ser uno de ellos, viéndoos hablar de algo de lo que no tenéis ni pajolera idea. Y al final os descubren, porque no sabes ni lo básico y quedáis en ridículo. 
¿Existe alguna solución para esta embarazosa situación? Pues claro. Decir la verdad desde un principio. Decir que no tienes ni papa de lo que puñetas estén hablando. Pero eso de quedar como un inculto... no parece plato de buen gusto. Aunque puedes trabajártelo.
Baudilio es uno de esos tipos que no soportan quedar como un tonto. Al mismo tiempo, no coge un libro, un periódico ni cualquier otra fuente de información que esté a su alcance para conseguir algunas ideas básicas de lo que ocurre en el mundo. Prefiere dar opiniones sin fundamento que ha oído a otros intelectuales o inventarse directamente datos que respalden sus gilipolleces. También gusta de parecer un tipo sofisticado, elegante y viajado, aunque lo más lejos que ha estado de su ciudad natal haya sido el pueblo de su abuela. Por supuesto, las mentiras tiene las patas muy cortas y Baudilio acaba produciendo la mayor de las vergüenzas ajenas.


Que conste que no tengo ni idea de vinos. Esto que dice Baudilio son frases que he ido oyendo en algunas comidas del trabajo, en las que yo me tomaba mi Nestea mientras los demás asistentes discutían sobre las mejores cosechas del año o de los toques a roble de no sé qué caldo. Menudo pazguato estoy hecho, aunque no me arrepiento. 
Mi padre me decía que de mayor me gustaría el vino, aunque no parece que eso vaya a pasar. Eso sí, siguen gustándome los Chocokrispies. Supongo que algo tendrá que ver.
Pues hala, a disfrutar del verano.

domingo, 19 de julio de 2020

Puericultura avanzada: cómo no jugar al fútbol

¡Muy buenas! Hacía ya unos días que no me dejaba caer por aquí y me he dicho: "¡eh! ¿Por qué no aprovechas que a nadie le interesa lo que hagas y pierdes unos cuantos minutos de tu vida en escribir gilipolleces?". Y me he contestado: "venga, vale, buena idea, amos allá".
Hoy recupero una de mis secciones favoritas. Es cierto que cualquiera de las secciones que pongo por aquí es una de mis favoritas, pero ésta entraría en el Top 5 de las favoritas-favoritas. Supongo que es una de las que más me gustan porque la uso para contar alguna anécdota curiosa de mi niñez (o no curiosa, porque tampoco es que yo haya vivido miles de aventuras, he sido un chico muy casero).
La historieta de hoy también sirve de homenaje a mi tío Juanda, firme seguidor de mi carrera artística. Solo espero que le haga ilusión ser coprotagonista de esta enternecedora historia de superación que emocionó a Spielberg.


El deporte y yo no nos hemos llevado especialmente bien, más por pereza y falta de interés que por atributos físicos (que tampoco es que tenga yo muchos), pero mi tío Juanda no perdió la esperanza, al menos no inmediatamente. Recuerdo que iba a recogerme a casa, todo ilusionado él, con el propósito de convertirme en el futuro referente del fútbol nacional. O a lo mejor no. A lo mejor solo quería sacar de casa al tío pálido de las gafas, para que no se le anquilosaran las articulaciones y que no tuviera déficit de vitamina D.
Años después, no sigo a ningún equipo de fútbol ni tengo idea de cómo van las ligas o las copas o los nosequé. Cierto es que antes era del Madrid, supongo que por influencia familiar, aunque Juanda es del Barça. Ni siquiera eso conseguiste, tío.
Pero lo pasábamos bien :D

jueves, 2 de julio de 2020

Retahíla de chistes malos, primera parte

Vaya, dos semanas sin escribir. Y lo digo como si alguien me hubiera echado de menos, qué lástima. La verdad es que he estado ocupado dibujando y requetedibujando y no me he percatado de subir alguna cosa al Blog. Además de que últimamente estoy un poco empanao.
Hoy vuelvo a la carga con el literalismo, una corriente humorística con acérrimos seguidores por todo el mundo. Como puede anticiparse por el título de la entrada, va a ser un chiste malo (como si algún chiste de los que salen por aquí fueran buenos). Pongo primera parte porque tengo alguna jocosa viñeta más preparada, no quiero que mis fans se deleiten con una única oda a la decadencia.


He oído esta frase en mi casa toda la vida, unas veces referidas a mí, otras a mi hermana, otras a mi madre... Creo que mi padre se libraba. El caso es que es una expresión que me ha acompañado toda la vida y la he ido utilizando contra otros incomprendidos adolescentes (y no tan adolescentes). El chiste literal esta vez no es invención mía, creo que es de dominio público, pero también se lo apropió mi familia.
Aprovecho también para comentar que me he hecho una cuenta de Instagram para que mis magníficos lienzos tengan un poco más de difusión. Por ahí dejo el enlace, pero no voy a dejar de acudir al Blog. Es que soy un romántico (o que me cuesta desprenderme de las cosas, según quien lo mire).


Lo de vaya_doctor es por mi abuela. Cada vez que le gastaba una broma me decía "¡vaya doctor!", porque en su mente los médicos no tienen sentido del humor y tienen que ser más secos que la mojama.

martes, 16 de junio de 2020

Segismundo, el peor psicoterapeuta del mundo

Vaya, qué lenta se me está haciendo la semana. Imaginaba que ya sería jueves por lo menos, pero parece que no lo es. Habrá que esperar.
Bueno, hoy traigo una nueva sección que creo que puede dar juego y para la que tengo pensadas unas cuantas viñetas. El protagonista de estas nuevas historias es Segismundo, un eminente psiquiatra con una notable carrera basada en malentendidos, golpes de suerte y un completo desdén por los límites éticos. Segismundo ha probado multitud de terapias en su consulta privada, pasando por la terapia cognitivo-conductual, el mindfulness o la hostioterapia (la dejó por problemas en los metacarpianos), pero parece que últimamente se ha flipado mucho con el psicoanálisis. No es que se le dé muy allá, pero de vez en cuando le da resultado.


Si te dedicas a esto de la Salud Mental, acabas conociendo a mucho "personaje". Y no me refiero a los pacientes. A veces te encuentras con profesionales a los que les falta un verano (incluyéndome a mí, que conste). También oyes comentarios desafortunados acerca de tu profesión de gente un poquito lanzada. Gente que dice: "yo soy medio-psicólogo, doy unos consejos buenísimos". Claro que sí, amigo, te convalidaron 4 años de carrera por ayudar a tu colega cuando cortó con la novia.
Bueno, seguro que el elocuente Segismundo continuará protagonizando vergonzosos episodios de mala praxis. Y yo los seguiré ilustrando (si me deja, claro).

jueves, 11 de junio de 2020

Historias de Arrancao: la pandemia

Vaya semanita de cansera que estoy teniendo. Me ha apetecido escribir por aquí estos días, pero el 
Animal Crossing es un vicio muy exigente y te impide hacer cosas más importantes. E incluso vitales, como hidratarse adecuadamente.
Bueno, pues hoy vuelve uno de esos personajes más queridos de mi Blog: el representante por antonomasia del hijoputismo, el señor Arrancao. Arrancao es un individuo que disfruta mucho con la desgracia ajena (ni que fuera un político), pero, para poder dar rienda suelta a sus perversos planes, tiene que ser arrancado del lugar donde se halle atorado. El caso es que, aún siendo sospechoso que alguien se encuentre enterrado en el suelo o con la cabeza metida a presión en una pared, siempre hay un estúpido altruista que ayuda al susodicho mamonazo.
La historia que protagoniza hoy Arrancao es relativamente reciente y tiene que ver un poco con la mierda de situación en la que nos encontramos. Que disfrutéis de la revelación.


Pues sí, el tema del putovirus es cosa suya. Aunque no es lo peor que ha hecho, os lo aseguro.
Como puede observarse, he modernizado un poco los dibujitos. Es mi cumple dentro de poco, me he portado bien todo el año y mi familia me ha regalado un iPad, así que le estoy dando uso al Procreate para que las viñetas queden como las de un pofesioná. Y de paso no me lleno el dorso de la mano de tinta de rotulador y virutas del afilalápices. Seguiré probando.
Hasta la próxima, huevitas.

lunes, 1 de junio de 2020

Ni mierda en las tripas

¡Hola! (aunque no sé muy bien a quién estoy saludando).
Acabo de llegar del trabajo y me queda un rato para preparar un suculento menú compuesto de escalopines de salmón a las cinco pimientas y una ensalada césar del Mercadona, así que voy a aprovechar para escribir alguna de mis insustanciales tonterías.
Hoy, como cualquier otro día, es un buen momento para recuperar una de mis secciones favoritas del Blog, que es la de las frases y expresiones que utiliza mi señora esposa. Posee un gran repertorio, algunas de cosecha propia y otras heredadas de su familia, pero todas tienen un encanto especial. Es cierto que muchas de ellas tienen un tinte siniestro-escatológico que tira para atrás, como puede ser el ejemplo de hoy. Sin embargo, les da un aire misterioso por el que quieres saber más de su origen y significado. Al menos a mí, claro.
Aparte de todo esto de que me encantan las frases de mi mujer y tal, tenía varias viñetas en la recámara y estaban empezando a coger polvo, así que no es todo tan presioso. Bueno, allá va la cosa.


He hecho una búsqueda rápida en Google por si esta frase se usa en más sitios y parece que sí. Pero vamos, que no le voy a dedicar más tiempo.
Pues eso, que una persona que no tiene ni mierda en las tripas es alguien que no tiene ná, refiriéndome a ná de ná: ni trabajo, ni coche, ni ganas de vivir... No obstante, mi mujer la usa también para referirse a personas de constitución asténica, más conocidos como flacos.
Claro, que si le buscas el significado literal se viene asemejando al estúpido dibujo de arriba. Sinforiano es un médico nefasto pero le gusta aparentar. Venancio acude a su consulta porque le han dicho en el pueblo que no tiene ni mierda en las tripas. Después de una innecesaria radiografía que Sinforiano no sabe leer, este perezoso doctor informa a su paciente de la forma más pedante y arisca posible. Pero no preocuparse, Venancio descubrió cómo adquirir alimentos mediante el intercambio de productos por dinero en los supermercados de su pueblo.
Hala, hasta luego.

martes, 26 de mayo de 2020

Inesperado e inútil regreso feat. el puto coronavirus

Última entrada: noviembre de 2018. Y mira que me gusta escribir y dibujar, pero es que no puedes fiarte de mí. Se lo digo incluso a mis allegados, para que estén avisados, pero ninguno me hace caso.

¿Y por qué vuelvo al Blog? Pues no sé. ¿Cuando está operativo cumple algún tipo de misión evangelizante o docente? Ni de coña. ¿Es acaso un oasis de sabiduría en Internet? Ejem. ¿Proporciona risas y alegría a los incautos que le dan una oportunidad? Ni puñetera idea. Pero a mí me gusta, es mi rinconcito. Creo que Blogger ya estaba obsoleto desde antes de que yo me abriera una cuenta, pero hubo gente escribiendo en MySpace después de que todo el mundo se pasara al Tuenti y mierdas de esas. Lo mismo de aquí a un tiempo me paso a algo más mainstream, pero como siga esta estela, mal augurio.

Mi vida no ha cambiado mucho desde la última vez que subí algo. Terminé la residencia y ahora soy Psiquiatra con todas las de la ley. Y ya. El resto sigue más o menos igual.

Seguro que estos 2 últimos meses habréis notado cierta tensión social. Buen eufemismo. El caso es que no voy a ponerme a explicar detalladamente cómo he vivido esta situación como sanitario (entendiendo que no he estado en primera línea, eso sí) ni lamentarme de la irresponsabilidad que se percibe en ciertos personajes. Únicamente pondré mi viñeta de rigor. Suficientemente saturados estamos ya de información.


Sigo dibujando a lápiz. No tengo escáner en el piso, así que esto es una foto con un retoque medio-sepia. Vivo en el Paleolítico de las técnicas de pintura, aunque tengo intención de probar cosas modernas.

Bueno, este tío es Diosnelio. Ha salido todos los puñeteros días a aplaudir a los sanitarios, ha hecho directos en el Instagram para animar a sus seguidores (los 14) y ha seguido todos y cada uno de los postureos que han surgido durante el confinamiento. Pero que no os engañe: Diosnelio es gilipollas. Si en la última viñeta en vez de "8 meses después" pusiera "8 meses antes", la situación no habría cambiado un ápice.

Me gustaría que esto sirviera al menos para que todos aprendamos un poquito. No seamos Diosnelio.