jueves, 2 de julio de 2020

Retahíla de chistes malos, primera parte

Vaya, dos semanas sin escribir. Y lo digo como si alguien me hubiera echado de menos, qué lástima. La verdad es que he estado ocupado dibujando y requetedibujando y no me he percatado de subir alguna cosa al Blog. Además de que últimamente estoy un poco empanao.
Hoy vuelvo a la carga con el literalismo, una corriente humorística con acérrimos seguidores por todo el mundo. Como puede anticiparse por el título de la entrada, va a ser un chiste malo (como si algún chiste de los que salen por aquí fueran buenos). Pongo primera parte porque tengo alguna jocosa viñeta más preparada, no quiero que mis fans se deleiten con una única oda a la decadencia.


He oído esta frase en mi casa toda la vida, unas veces referidas a mí, otras a mi hermana, otras a mi madre... Creo que mi padre se libraba. El caso es que es una expresión que me ha acompañado toda la vida y la he ido utilizando contra otros incomprendidos adolescentes (y no tan adolescentes). El chiste literal esta vez no es invención mía, creo que es de dominio público, pero también se lo apropió mi familia.
Aprovecho también para comentar que me he hecho una cuenta de Instagram para que mis magníficos lienzos tengan un poco más de difusión. Por ahí dejo el enlace, pero no voy a dejar de acudir al Blog. Es que soy un romántico (o que me cuesta desprenderme de las cosas, según quien lo mire).


Lo de vaya_doctor es por mi abuela. Cada vez que le gastaba una broma me decía "¡vaya doctor!", porque en su mente los médicos no tienen sentido del humor y tienen que ser más secos que la mojama.

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