lunes, 12 de octubre de 2020

Promesas vacías

¡Madre mía, qué abandonaíto tengo esto! Más de un mes sin subir ni un mísero chistecito. Escribo como si alguien echara de menos mis desvaríos (tal vez mi tío Juanda, al que mando un besito), así me motivo un poquito más.

Pues aquí estamos, en el día de la Hispanidad, celebrándolo con un merecido descanso después de barrer el piso y con mi querido agapornis Jacob mordiéndome un lunar del cuello. Planazo.

Hoy traigo una frase que no pertenece a ningún refranero ni compendio de sabiduría rural. Es una frase que todos hemos pronunciado alguna vez con total impunidad, sin intención de llevarla a cabo ni pagar por las consecuencias de no cumplir con lo dicho. Unas palabras de las que todos conocemos el significado y aún así nos empeñamos en repetir a la más mínima oportunidad. Os dejo que os identifiquéis (o no, lo que queráis).





“A ver si quedamos”. Yo la he dicho alguna vez a sabiendas de que lo más probable era que no iba a ver a esa persona hasta la próxima vez que nos encontráramos por accidente. Supongo que así es la vida, yo la he dicho, a mí me la han dicho y así seguimos avanzando sin un rumbo fijo.

En este caso, Evaristo y Torcuato han hecho honor a su promesa, lo que ha causado tal revuelo que la prensa local y nacional han querido hacer eco de su hazaña. Se baraja incluirlos entre los candidatos por el Premio Nobel de la Paz o en algún premio por la concordia y chorradas por el estilo.

Vaya bajona de repente. Hasta más ver.

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