miércoles, 20 de julio de 2016

Puericultura avanzada: ¡Caaaaalvooooo!

Otra de las secciones que tengo la intención de explotar por este rinconcito va a ser ésta, "Puericultura avanzada". Como alguno supondrá, la sección va a consistir en diversos consejos que iré dando periódicamente para educar a vuestros hijos de forma correcta para que sean adultos provechosos en un futuro no muy lejano. Es mentira.
Como éste es un blog de humor, intento traer cosas de risa, y esta nueva sección no va a ir sobre aburridas gilipolleces que no interesan a nadie. Aquí irán apareciendo anécdotas, protagonizadas por mí en la mayoría de los casos (por el narcisismo), que contienen gran cantidad de material hilarante. En ocasiones aparecerán otras personas de mis alrededores, cuyos nombres van a ser modificados por motivos de derechos de autor.
Y sin más dilación, os traigo una historia a la que guardo mucho cariño. Tendría yo unos 11 años aproximadamente. Por aquel entonces, estábamos en el patio mis amigos Ezequiel y Frutos (hay otro amigo más que no estuvo presente en esta anécdota; juntos éramos "Los Cuatro Autistas"). El caso es, que, sin motivo aparente, comenzamos a atosigar a un hombre alopécico del colegio que estaba frente al nuestro. No sé si era profesor o conserje o cualquier otra cosa, pero empezamos a gritarle "¡Caaalvooo!" todos los puñeteros días. Al principio nos ignoraba, así que los gritos fueron cada vez más altos y continuos. Hasta que un día, la paciencia del calvo llegó a su límite.


Buenos recuerdos. Poca gente me ha mirado con esa cara de odio. Me imagino al pobre hombre llegando a casa y contándole a su mujer que tres hijos de puta granujillas le tocaban las narices durante todo el recreo y que tenía deseos de asesinarlos brutalmente. Fueron dos buenas semanas, pero la historia con el calvo no quedó ahí, pues poco después volvimos a vernos las caras.
Espero que no nos consideréis malas personas. Eran cosas de niños y lo hacíamos sin maldad. Además, él se lo buscó.
Haré memoria e iré trayendo más historias a tope de risas. Hasta más ver.

miércoles, 13 de julio de 2016

Muestra de compañerismo evidente

Quien haya visto en alguna ocasión mi obra artística habrá llegado a la conclusión de que soy una especie de dios del dibujo. Yo lo sé, pero no me gusta hacer alarde de mi don divino. Es broma (pero toda broma tiene su parte de verdad).
El caso es que, aprovechando que me defiendo en esta disciplina, creí oportuno diseñar junto con mi señora (aportadora de la mayoría de las ideas) un dibujo para la camiseta que conmemoraba los seis años de carrera (nuestros y de nuestros incondicionales y estimados compañeros). Y bueno, creo que no quedó nada mal.


Cada muñequito sostiene los diversos bártulos y conocimientos que con tantas ganas disfrutamos en cada curso. ¡Cuántos (e innecesarios) recuerdos! A la peñita le pareció potable, así que se decidió que era el mejor diseño y se plasmó en nuestras ciento y pico camisetas (de color amarillo intenso, por cierto).
La verdad, no es porque sea nuestra, pero es la mejor camiseta de todas las que se han ido haciendo para las diversas promociones. ¡Qué preciosidad!
Aclaración: por ahí en medio sale una frase: "sois la generación del cuchi-cuchi". Es una perla proporcionada por uno de los peores profesores que he tenido en mi vida (más que aquel que le metió una mesa en el pecho a un amigo). El caso es que el individuo llegó el primer día con la escopeta cargada y comenzó a humillar a la gente indiscriminadamente, mientras repetía la susodicha frase. No volví a ir a su puta clase ni un día más. Me he enterado de que se ha jubilado. Mi más sincera enhorabuena a las promociones venideras.
No sé si la gente nos recordará (aunque ganamos el premio Míster y Miss Ennoviados), pero al menos tienen en su armario un pedacito de nosotros.

Juego de palabras estúpido

Parece que voy espaciando las entradas en el tiempo. Mal rollo. Pero como compensación, hoy voy a subir un par de tonterías, que me siento generoso.
La primera cosa va a ser uno de esos juegos de palabras que a mí tanto me gustan, pero que no tienen ni puñetera gracia seguramente. La historia va sobre la timidina, un nucleósido con sus más y sus menos. En esta ocasión, atendemos a uno de sus menos.


La timidina lo pasa mal en fiestas y en reuniones sociales, a las que se ve obligada a acudir por cuestiones de trabajo. Le cuesta mucho entablar conversaciones y sus únicos amigos son su almohada y un ficus (tiene un amigo más que yo). El caso es que la timidina es feliz así (o al menos así lo cree, que es lo importante).
Como puede observarse, el chiste es una puta mierda pasable. Prometo que los futuros intentos de hacer gracia serán algo más exitosos. Nos vemos en breve.

martes, 5 de julio de 2016

Vocabulario quintanejo

Este fin de semana he estado de visita por Quintana de La Serena y, como siempre, me he nutrido de la sabiduría rural y compartido momentos con los oriundos del lugar. Es mentira. Simplemente he estado en el pueblo.
Últimamente hace un calor sofocante por aquí, cosa normal en esta época, claro está, así que lo único que hemos estado haciendo mi señora y yo ha sido ver películas tirados en el suelo, puesto que se te pegan las carnes en el sofá. Además, el ventilador no ejerce todo su efecto al mover únicamente masas de aire caliente. El típico y delicioso verano extremeño (a pesar de las quejas, me gusta).
Bueno, pues, como en todos los pueblos (supongo), Quintana ha ido desarrollando un vocabulario exclusivo, que he estado metiendo por aquí con calzador. Y hoy traigo dos de esos vocablos. Ahí va el primero.


Ilustrativo, para que se entienda. Un ojogüero es una persona con los ojos así, saltones, inquietantes, con los párpados como si estuvieran conteniendo una fuerza irresistible. Hay muchos ojogüeros en el mundo, pero pocos conocen este calificativo. Así que cuando veáis un ojogüero, podréis ponerle un nombre más específico. Famosos ojogüeros son Steve Buscemi, Eva Hache, Enrique San Francisco o Rami Malek. He buscado lo que significa güero y me encuentro con que significa blanco en Sudamérica. Nada que ver con cosas saltonas o prominentes.
Y la seguna palabrita es:


No creo que haya mucho que explicar. Hay sinónimos más usados, como mellado o "gente sin piños", ya sea por la caída de los dientes de leche de los niños o por otras etiologías (principalmente drogas).
Bien, espero haber enriquecido el léxico de mis miles de seguidores. Usad los quintanismos con moderación, no queremos que se conviertan en una plaga. Hasta más ver.