Una nueva frase de la parienta. Esta me gusta especialmente, a pesar de que tengo una fobia irracional a los mosquitos y que no me gustan los desiertos, a no ser que sean mundos de Super Mario Bros. La frase no tiene mucho misterio y se puede sacar el significado fácilmente. Se usa para gente que se pierde tanto física como químicamente mentalmente, como perderse en la Facultad de Educación de Badajoz, que parece un instituto de secundaria, o no tener ni puñetera idea de si estudiar Magisterio o irse a trabajar de vendedor de castañas. En ambas situaciones, se está perdido. Que conste que mucha gente de mi familia estudió Magisterio, así que estas bromillas son sin ánimos de ofender, pero si alguien se ofende que se vaya a tomar viento y tal.
Y aquí mi interpretación de la frase:
Nótese que mi interpretación es muyyyyy literal, pero es lo que hay.
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