martes, 18 de agosto de 2020

El literalismo causa furor

Vaya, desde que estoy con el Instagram estoy dejando un poco más aparcado este sitio. También puede ser que esté más cansado o menos inspirado para escribir, aunque cuando me pongo van saliendo cositas. El Instagram es más inmediato, subes el dibujito y sanseacabó. Es la rapidez que vamos queriendo todos últimamente (o yo, al menos, lo voy viendo así). Pero me sigue gustando pararme por aquí de vez en cuando y plasmar algunos de mis pensamientos, por si algún día quieren escribir mi biografía y andan faltos de recursos (vaya flipado).

Bueno, pues estoy haciendo bastantes dibujitos últimamente. Tengo pensado desde hace tiempo hacer cómics más largos y elaborados, con alguna historia detrás y bla, bla, bla... Algún día llegarán, aunque no van a llegar solos, eso está claro.

Hoy traigo una muestra más de literalismo. Yo diría que no está mal, pero mi criterio está bastante condicionado.

El fetichismo llevado a su máximo esplendor, supongo. Rosalino se desfasa mucho cuando sale por la noche. Esto le lleva a cometer errores garrafales, como éste. Además de descontrolarse, Rosalino tiende a enamorarse rápidamente. El pie izquierdo se marchó a su casa después de que Rosalino le preparara unas tostadas, sin intención de volver a contactar con su anfitrión. Los whatsapps que mandó Rosalino en la semana siguiente a su encuentro sexual fueron tan lamentables que el pie izquierdo accedió a sus súplicas. Ahora esperan adoptar a su segundo tobillo.

Final feliz, para variar. Hala, hasta más ver.

viernes, 7 de agosto de 2020

Retahíla de chistes malos, segunda parte

Bueno, pues ya terminé la primera semana post-reincorporación y estoy en la mierda, así que me espera un fin de semana con altas dosis de horizontalidad. ¿Y qué mejor manera de empezar el fin de semana escribiendo tonterías pseudointeresantes? Pues seguro que hay mil millones de formas, pero ésta es la que se me ocurre a mí y se puede hacer perfectamente sentado y ligero de ropa.

Como lo de los chistes malos es una cosa que me sale sola, voy a seguir con la serie que empecé hace unas semanas. Y además de que me sale sola, hay un montón de gente que me anima a seguir con mis andaduras por el humor más básico y generador de vergüenza ajena (es cierto que una persona no conforma un montón de gente, pero uno se engaña a sí mismo para animarse). Hala, vamos con la gilipollez.



Fredesvindo es un hombre muy correcto. No le gusta juntarse con gente impetuosa o que no respete a los demás. Por eso, siempre está llamando la atención a sus coetáneos cuando hacen algún comentario fuera de lugar. Por supuesto, sus coetáneos piensan que Fredesvindo tiene un palo metido por el culo y que es un cortarrollos del copón. Cállate de vez en cuando, Fredesvindo de los cojones.

Supongo que mi enfermiza prudencia me evita meterme en berenjenales con asiduidad, pero de vez en cuando no puede uno resistirse y acaba metiendo la pata gravemente. Nada que unos cuantos sobornos no puedan solucionar.


sábado, 1 de agosto de 2020

Regalos que te da la vida

Esto de estar de vacaciones tiene sus problemas, no te creas. Sí, aprovechas todo el tiempo que tienes en cosas trascendentes (nótese el tono irónico), pero sabes que tiene fecha de caducidad, conforme avanzan los días la sensación de una traición provocada por uno mismo se hace más y más patente. Y luego, la vuelta a la realidad más cruda que te puedas encontrar.
Bueno, para animar el cotarro hoy traigo una situación bastante triste en la que creo que nos hemos visto todos en alguna ocasión. Al menos, yo la he vivido alguna que otra vez.


Esos días en los que te fías de tu propia vista en vez de comprobar la previsión del tiempo en el móvil, te asomas a la ventana y sientes un esplendoroso sol bañando tu precioso rostro. Pero el destino te la tiene jurada por aquello que hiciste (sí, eso) y vuelves a casa bien duchadito. A veces el buen tiempo se mantiene unas horas, justo hasta que sales del trabajo o de clase o de dónde quiera que vayas, resultando en regocijo para ti y los demás idiotas que pensaron como tú. Aunque siempre hay un listo que vio en las noticias que iba a llover y saca su magnífico paraguas con una sonrisa de superioridad.
En fin, estos días ni gota de agua. Nuestros 40 graditos diarios no nos los quita nadie. ¡Qué ricos!